En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

viernes, 18 de julio de 2014

Internacional Sionista del Crimen Organizado

Voy a concentrar en un solo párrafo todo lo que tenéis que saber para entender la absoluta totalidad de los acontecimientos mundiales, por inconexos que parezcan entre sí.
Todos los problemas,

—las depresiones,
—las guerras,
—los desastres,
—los asesinatos políticos...

todos ellos son planificados, provocados e instigados por la Internacional Sionista del Crimen Organizado que es propietaria de la banca transnacional y de la Reserva Federal norteamericana. Y los ejecutan sus sicarios a sueldo con objeto de establecer un banco central satélite de sus intereses en todos y cada uno de los países del mundo. Y ya prácticamente lo han conseguido con la inestimable ayuda de una inmensa piara de políticos corruptos que se han dejado sobornar en todo el mundo por el dinero falso de los banqueros para poner su cargo, su voto y su poder al servicio de Sión. Los políticos son, en general, unos mangantes inútiles, degenerados y oportunistas. Y la mayor parte de ellos prefiere enriquecerse colaborando con la banca filibustera que enfrentársele y perecer.

Y ya está. Esto es todo lo que necesita el lector saber acerca de la Historia del Mundo, si no tiene tiempo para leer miles de libros, artículos e informes para llegar, por sí, a la misma conclusión. Con esto basta para explicárselo todo. Una vez sabido, todo encaja. Nada falta, nada sobra. Así de importante es controlar la banca y la emisión de moneda para dominar a un país. Así de monstruosamente rentable es el negocio que se deriva de ello.

Esta es la cruda realidad incontestable que oprime al mundo desde que se puso en marcha la retorcida maquinaria de la banca moderna. Y aún más crudamente desde que Alemania fue aniquilada y sus ciudadanos asesinados, violados y arruinados, como consecuencia de la II Guerra Mundial, monstruosa conflagración que consistió en el enfrentamiento a muerte entre dos etnias supremacistas. Iluminados a la luz de este simple saber, todos los acontecimientos políticos del planeta Tierra en los últimos siglos resultan obvios, transparentes. Y toda la parafernalia informativa con la que intenta encubrirse esta realidad, que es es único motor de la Historia y de la actualidad, se derrumba como un castillo de paja en una tormenta.

Así, John Fitzgerald Kennedy (cuyo asesinato se rememora estos días a bombo y platillo como el de un héroe americano, haciendo abstracción de la vergüenza de que aún no se "haya averiguado" quién ordenó su muerte y de que el FBI haya venido congelando toda investigación sobre el magnicidio desde que se cometió), JFK digo, el presidente de los EEUU que osó emitir certificados de plata; y Abraham Lincoln, que se atrevió a emitir bonos del tesoro (los greenbacks), han sido los únicos presidentes de los EEUU que actuaron con firmeza para detener a la mafia banquera internacional hebrea. Ambos fueron asesinados por encargo de los banqueros de Sión, perjudicados por esas medidas. Y los presidentes Garfield y McKinley, que simplemente chacharearon con sus asesores y chivatos sobre cómo detener a la banca usurera, sin llegar a hacer nada ni a emitir moneda, también fueron preventivamente asesinados por orden de los mismos banqueros mafiosos.

Así, la Sinarquía Financiera Internacional, presidida y ocupada en pleno por sionistas, decide qué personas van a ocupar los cargos de secretario del tesoro de los EEUU o quiénes serán los ministros de economía de todos los países del mundo civilizado (UK, Alemania, Francia, Italia, Canadá...); e incluso de los países no tan civilizados. Lugares como España, por ejemplo, donde la Sinarquía Financiera Internacional designó en 2011 a Luis de Guindos, mangante ex-responsable de la quebrada Lehmann Brothers Europa, para hacer las veces de ministro director de la economía española, con el fin de que la mafia usuraria pudiera ordeñarle hasta el último céntimo. No es casualidad que todos los presidentes de la Reserva Federal, los 14 habidos, hayan sido y sean hebreos; y que la que sigue, Mrs. Yellen lo sea también. No es casualidad, desde luego.Así, cuando algún político —díscolo, pagado de sí mismo, necio hasta el punto de pretender restablecer la soberanía nacional de su país— se niega a obedecer al gang de los financistas desprepuciados, es asesinado; o bien alguno de sus "incondicionales colaboradores" le atiza un golpe de estado y cambia su régimen por otro: no importa cuán genocida, cruel o intolerante sea, siempre resulta servil a los intereses de la Sinarquía Financiera Internacional. Ya se encargarán los medios de comunicación, información y propaganda del gran pesebre del doble-pensamiento de calificar al presidente depuesto (Allende, Hussein, Gaddaffi, Nasser o Mursi) como tenebroso dictador genocida; y al golpista como demócrata, luchador anti-fascista y gran defensor de los derechos humanos, aunque rebosen las fosas de los cementerios de víctimas de su represión.

Así, la democracia partitocrática no resulta ser más que una forma truculenta de suavizar la dictadura de los poderes fácticos financieros. La democracia burguesa, augur de la libertad de mercado y del libre comercio internacional, es el mejor modo de garantizar a los banqueros su poder sobre el mundo. Todo gobierno nacionalista, cuya fuerza motriz sea el amor a su patria —más socialista o menos, eso no es importante— es un escollo para que la sinarquía financiera internacional logre su preeminencia y su dominio mediante la simple manipulación de la contabilidad. Con su habilidosa ingeniería financiera, y con la inestimable colaboración de:

—todos los medios de información occidentales de importancia —atrapados en sus redes financieras—,

—la fábrica de los sueños y las ideas subliminales que es el cine —no solo Hollywood, sino el cine, en general, observad la etnia de la mayoría de actores, productores y directores—

—una red de sicarios capaces del asesinato selectivo o del genocidio, si es necesario, la mayor parte de ellos entrenados por el Mossad —no es broma: el Mossad entrena a las élites de las fuerzas represivas, incluyendo a los mandos de los Mossos de Esquadra catalanes—

y, como último recurso, —las fuerzas armadas de los EEUU de Norteamérica para, so pretexto de "difundir la verdadera democracia e implantar el derecho a la felicidad de la mayoría", invadir y expoliar a lo países morosos de la banca internacional o a las naciones simplemente rebeldes a los designios de Sión, asesinando en masa a sus ciudadanos.

Con eso, digo, los sinarcas se ríen de nosotros en nuestras narices, seamos teócratas, demócratas, fascistas o ácratas. Y, lo mismo que pasa cuando sus delitos económicos vulneran estentóreamente el código penal, que se cambia este como un trapo de cocina sucio, cuando los ciudadanos nos atrevemos a protestar públicamente de manera que pueda recordar a cierta organización o movimiento popular, pulsan con su dedo el agujero del culo de los líderes partidarios de la casta política —igual que el pastor chifla al perro para que agrupe el ganado a mordiscos— y la hacen legislar contra la libertad de opinión, de ideología, de pensamiento, de manifestación y de expresión, que se supone que son derechos humanos fundamentales según la legislación internacional, pero que, al parecer, están escritos en el papel higiénico con el que Sión se limpia el culo después de obrar.

El mundo camina hacia la peor de las dictaduras, puesto que el régimen autócrata esconde su garrote tras la fachada de las ideologías, de los partidos y de la democracia liberal, lo que le garantiza la impunidad en sus crímenes.

Entonces, no queda al avisado lector más salida que el agnosticismo y la acracia fundamentada en la cultura y en la verdad. El ponerlo en duda todo y el luchar por la liberación personal que, a diferencia de la colectiva, no puede ser tan fácilmente coartada ni perseguida.