En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

domingo, 17 de julio de 2016

Oswald Spengler



La mujer de raza no quiere ser «compañera» o «amante», sino madre; y no madre de un solo hijo como juguete y entretenimiento, sino de muchos. El instinto de las razas fuertes habla a través del orgullo por la abundancia de hijos, a través del sentimiento que la esterilidad es la maldición más dura que puede caer sobre una mujer y, a través de ella, sobre su estirpe. 

De este instinto proceden los celos ancestrales con los que una mujer intenta quitarle su hombre a otra para tenerlo como padre de sus hijos. Los celos ya más espiritualizados de las megalópolis, que son apenas algo más que apetito erótico y que estiman a la otra parte como medio de placer, así como la mera reflexión sobre el número de hijos deseado, o temido, delatan ya la extinción del instinto de perduración de la raza; un instinto que ya no puede ser despertado con discursos y escritos. 

El matrimonio ancestral – o lo que la antigua tradición popular conoce como costumbre profundamente arraigada para hacer de la procreación algo sagrado – no es para nada sentimental. El hombre quiere tener hijos capaces que en el futuro continúen y hagan crecer su nombre y sus logros más allá de su propia muerte, así como él mismo se siente heredero de la fama y de las acciones de sus antepasados...

Pero la disolución de la familia blanca, una manifestación inevitable de la vida en las grandes urbes, se propaga y devora la «raza» de las naciones. El significado del hombre y la mujer, la voluntad de perdurar, se va perdiendo. Las personas ya no viven más que para sí mismas y no para el futuro de las generaciones. La nación como sociedad, originalmente un tejido orgánico de familias, amenaza con disolverse en una suma de átomos particulares de los cuales cada uno pretende extraer de su vida y de las ajenas la mayor cantidad posible de placer – de panem et circenses. 

La emancipación femenina de la época de Ibsen no quiere liberarse del hombre, sino del hijo, de la carga de los hijos, y la emancipación masculina de la misma época rechaza, a su vez, los deberes para con la familia, la nación y el Estado. Toda la literatura liberal-socialista sobre este problema gira en torno de este suicidio de la raza blanca. En todas las demás civilizaciones sucedió lo mismo.


lunes, 11 de julio de 2016

Extracto del libro "Encuentros con Jung", de William McGuire



En 1939, Jung, que entonces tenía sesenta y tres años, concedió una entrevista alperiodista norteamericano H. R. Knickerbocher en Zurich, en la que confesó estar muy impresionado por la mirada soñadora de Hitler, el rasgo más prominente de su fisonomía. En los ojos de Hitler se encuentra la mirada de un visionario. Hitler es el altoparlante que amplifica el inaudible susurro del alma alemana". 

Él se deja tocar por su inconsciente. Para Jung, el Führer es un espejo de todo el inconsciente germano... como un hombre que atento escucha una corriente de inspiraciones, de cuya fuente escondida sale una voz y que conforme a ella actúa. Hitler escucha y obedece pues, según Jung, el verdadero Führer siempre es dirigido.


En esta entrevista, Jung confesó haber experimentado la gran felicidad de encontrarse a sólo unos pasos del Duce y del Führer en un desfile militar en Berlín, y explicaba que, mientras que Mussolini parecía un líder meramente humano, Hitler parecía un vehículo espiritual, es un chamán, un semidiós, un mito. Carente de individualismo, identificado con el alma colectiva de su Nación, poseído por su Inconsciente Colectivo. Y Jung agregaba: No sólo por el Inconsciente Colectivo de un solo país, sino de toda una raza: de la raza aria. 

Y es por ello que los oyentes, aún cuando no entiendan el alemán, si son arios, serán arrebatados, hipnotizados por sus palabras, porque los representa a todos ellos, habla por todos. Y si lo hace a gritos, es porque una nación entera, toda una raza, se está expresando a través de él.

jueves, 7 de julio de 2016

Ortega y Gasset justificacion y contextos

Para Ortega la filosofía aspira al conocimiento del ‘’todo’’. El pensar filosófico tiene como objetivo averiguar qué es la realidad como conjunto. Los filósofos anteriores al Renacimiento mantuvieron que lo que realmente existía era el mundo cósmico, mientras que los modernos como consecuencia de la experiencia histórica del fracaso, mantuvieron una actitud precavida, dudaron del mundo, y se dieron cuenta de que lo único de lo que no dudaban era que dudaban. La realidad radical fue para ellos el pensamiento, la conciencia. 

El dato radical no es la existencia del mundo, ni la existencia del yo sino la coexistencia del yo con el mundo. La filosofía ha de convertirse según Ortega en reflexión sobre la vida, sobre ‘’mi vida’’. La vida de cada ser humano está constituida por lo que hace y por lo que le pasa. El hombre no sólo vive , sino que se ve a sí mismo viviendo. Y por eso, la circunstancia no es sólo el mundo que rodea al hombre sino que constituye también un ingrediente esencial de su vida. 

Éste es el sentido de la famosa frase de Ortega ‘’ yo soy yo y mi circunstancia’’ El ‘yo’ no puede ser reducido a una entidad independiente. La circunstancia es el medio en el que el hombre se desenvuelve inevitablemente. Para Ortega vivir no es entrar por gusto en un lugar, la vida es dada al hombre, el hombre es arrojado a ella pero eso que se le da , la vida es un problema que cada uno tiene que resolver. El hombre se hace a sí mismo, vivir consiste pues en decidir lo que se va a hacer, en empezar por ser futuro, por ser proyecto. Según Ortega, definir verdad es un problema dramático, dando lugar a dos posturas, por un lado el escepticismo, renuncia la idea de que la verdad pueda ser conocida por el hombre y afirma que conocer la verdad es ilusorio. Por otro lado está el dogmatismo, por el contrario, con tal de salvar la verdad, renuncia a la vida y a la historia. 

La verdad es una abstracta e invariables y no puede atribuirse a personas. El dogmatismo obliga a suponer la existencia de un sujeto abstracto, la ‘razón’ de Descartes. La verdad que el hombre puede conseguir nunca será una verdad plena, nunca lo conseguirá del todo, su conocimiento nunca agotará el objeto, nunca encajará plenamente en la realidad, esto es entendido como la verdad como perspectiva. La perspectiva individual es el único modo de apresar la realidad. 

La primera vez que Ortega utiliza el término perpectivismo lo hace en su obra Meditaciones del Quijote, donde atribuye el hecho de que el conocimiento implique siempre una perspectiva a la realidad y no al sujeto que la conoce. La realidad tiene una estructura propia que consiste en ser perspectiva. Incluso en su obra El Tema de Nuestro Tiempo 1923, la perspectiva es uno de los componentes de la realidad, una realidad que, vista desde cualquier punto, resultase siempre idéntica es un concepto absurdo. Ortega distingue entre pensamiento y conocimiento, siendo el pensamiento un determinado orden, que le permite vivir en el mundo y siendo el conocimiento el resultado de la actividad del pensamiento. ‘La razón vital’ ‘la razón histórica’, aquella que conoce la vida, esa vida que hacemos, esa vida que inventamos. El pensamiento es pues, una función de la vida creadora y no una expresión de la naturaleza humana. 

El raciovitalismo de Ortega trata de afirmar que el conocimiento es de naturaleza racional y la vida constituye su tema central. Ortega no define pues, la razón como una operación intelectual sino como la única posibilidad que tiene el hombre de caminar sobre el resbaladizo suelo de su existencia. El principio cartesiano ‘pienso luego existo’ se convierte en Ortega en ‘pienso porque vivo’. Este hecho es el que le lleva a distinguir entre ‘ideas’ y ‘creencias’. Las ideas las elabora él,las propaga, las discute o las deshecha, pero no puede ‘vivir de ellas’. Ortega entiende que las sociedades humanas siempre se han podido dividir en dos clases, las minorías selectas y la masa rígida. 

Ortega constata que la ‘la vida humana, en su totalidad, ha ascendido’. Según nuestro filósofo lo que ocurre es que las minorías selectas han desertado que no hay proyecto. Domina todas las cosas, pero no es dueño de si mismo, vive sin programa de vida, sin proyecto. El hombre europeo se comporta como un ‘señorito satisfecho’ utiliza y goza de lo que tiene sin hacer esfuerzo alguno.