En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

sábado, 13 de diciembre de 2014

La Damnatio Memoriae del Nacionalsocialismo

Un antiguo nacionalsocialista se convierte en alguien infrecuentable para siempre jamás, mientras que el hecho de haber sido comunista no acarrea ninguna pérdida de prestigio ni de status social, incluso para quienes nunca han expresado arrepentimiento alguno. La menor vinculación, real o supuesta, con una ideología de la que se supone, con o sin razón, que tenga la más remota relación con el nacionalsocialismo, constituye una indeleble marca de infamia que acarrea la denuncia y la exclusión. 

Un escritor del colaboracionismo francés de la Segunda Guerra forma parte para siempre jamás de los «malditos», pero a un escritor o a un artista estaliniano no se le niega retrospectivamente ningún homenaje a causa de su estalinismo. Se podrían dar incontables ejemplos de estao. diferencia de trato, la misma afecta tanto a los hombres como a las ideas, también pesa sobre el panorama político, el nacionalismo es corrientemente asimilado al Fascismo, el cual es a su vez asimilado al nacionalsocialismo, mientras que el socialismo nunca es considerado como potencialmente estalinianista. 

La Derecha siempre es sospechosa de fascismo, mientras que el comunismo, pese a sus errores, se supone que pertenece a las fuerzas de progreso. La puesta en venta de un libro nacionalsocialista suscita vehementes protestas y cae sobre él el peso de la ley, mientras que la venta de un libro comunista no suscita ningún comentario particular. 

No se le perdonaría a un escritor fascista haber redactado un himno a la gloria de la Gestapo (cosa que, por lo demás, nunca sucedió), pero que Louis Aragon haya podido cantar las virtudes del GPU [Directorio Político Estatalsoviético, o que Pablo Neruda se haya extasiado alabando a Stalin] nunca ha dañado en lo más mínimo a su reputación. Se hacen burlas del «anti-comunismo primario» y se alaba a los comunistas porque, al menos, combatieron a Hitler, pero a nadie se le pasaría por la cabeza ironizar sobre el «anti-nazismo primario», ni alabar a los nacionalsocialistas por haber combatido al menos a Stalin. Se califica al estalinismo de «desviación» del ideal comunista, mientras que a nadie se le ocurre ver en el nacionalsocialismo una «desviación» del ideal fascista. 

Se tenía derecho a equivocarse sobre el comunismo, pero no sobre el nacionalsocialismo . En suma, cualquier compromiso con el nacionalsocialismo desacredita absolutamente, mientras que los compromisos con el comunismo siguen siendo considerados faltas comunes y veniales. No sólo la denuncia del nacionalsocialismo sobrepasa a la del comunismo, sino que tiende paradójicamente a incrementarse conforme va pasando el tiempo. Más de cincuenta años después de la caída del Tercer Reich, los crímenes nacionalsocialistas, no los crímenes comunistas, son objeto de una ininterrumpida avalancha de libros, películas, emisiones de radio y televisión. La damnatio memoriæ [condenación del recuerdo] del nacionalsocialismo —enfatiza Alain Besançon—, lejos de conocer la menor prescripción, parece agravarse de día en día. Más de medio siglo después de su muerte, Hitler prosigue una brillante carrera en los medios de comunicación, mientras que Stalin ya está casi olvidado. 

En 1989 el sistema comunista se desmoronó por sí solo ante los asombrados ojos de quienes, pocos meses antes todavía, aseguraban que el bloque soviético era más poderoso que nunca y que el Ejército Rojo se preparaba a invadir Europa Occidental . Esta implosión, cuyas circunstancias exactas nunca han sido hasta ahora seriamente estudiadas, se produjo sin acarrear ningún gran cuestionamiento entre la opinión. No sólo no se ha llevado en ningún sitio a los antiguos dirigentes ante los tribunales, sino que casi en todas partes salvo en Alemania y en la República Checa se les ha autorizado a proseguir, bajo una u otra etiqueta, su carrera política, habiendo incluso conseguido a veces regresar al poder.  

En Austria, el ex presidente Kurt Waldheim, antiguo Secretario General de la ONU, sufrió por el contrario un general ostracismo cuando se descubrió su «pasado nacionalsocialista». Esta amnistía de hecho no ha suscitado en Occidente ninguna protesta ni ninguna sorpresa especial. Nadie piensa en convertir en museos los antiguos campos soviéticos, ni siquiera en alzar monumentos a las víctimas del terror estaliniano. 

 En Francia, donde un partido nacionalsocialista sería prohibido de inmediato, nadie duda de la legitimidad y hasta de la honorabilidad del Partido Comunista, antiguamente financiado por Stalin y que se mantuvo durante casi medio siglo a las órdenes de Moscú, y ello a pesar de todo lo que hoy se sabe sobre su pasado en la Komintern. Cuando la Derecha le criticó a Lionel Jospin su alianza con dicho partido, él incluso se declaró orgulloso de contar con ministros comunistas en su gobierno. Mientras que ningún fascista francés se ha designado nunca a sí mismo como «hitleriano», los dirigentes del PCF, en cambio, se han glorificado durante mucho tiempo de ser estalinianos. En el pasado, a los anti-fascistas siempre se les creyó de inmediato, mientras que quienes denunciaban el comunismo eran considerados a menudo como fabuladores o espíritus partidistas. 

El 13 de Noviembre de 1947, después de que Victor Kravchenko hubiera desvelado, en Yo Escogí la Libertad, la realidad del sistema soviético de campos de concentración, el periódico comunista Les Lettres Françaises lo trató inmediatamente de falsificador y de borracho. Ello dio lugar a un juicio por calumnias, que tuvo lugar en París del 24 de Enero al 4 de Abril de 1949. Otro signo revelador: sólo cuando ha sido adoptado por antiguos comunistas decepcionados es cuando se ha empezado a considerar creíble el discurso anti-comunista. Sus pasados extravíos han sido considerados como una especie de garantía de su nueva lucidez, mientras que se sigue considerando sospechoso el hecho de haber sido lúcido desde un comienzo. Y, por lo demás, sólo se les consideró creíbles sobre la base del renombre adquirido en los tiempos de sus antiguos extravíos.


La situación, hoy, sólo ha evolucionado en parte. Dos años después de caído el muro de Berlín, Guy Sitbon todavía podía escribir: Finalmente, ¿es seguro que el comunismo tendrá que enrojecerse por su balance en Rusia, en el Imperio, o en China?. Resulta también significativa la forma en que los medios de comunicación han dado cuenta de la película que Jean-François Delassus y Thibaut d'Oiron [Hitler y Stalin. Amistades Peligrosas, canal FR-3, Nov.-Dic. 1991] han realizado sobre el pacto germano-soviético y el reparto de Polonia: pese a sus evidentes cualidades, se ha podido leer en L'Histoire que la película tendría el defecto de querer demostrar a toda costa que el sistema soviético es la mayor plaga que ha conocido nuestro siglo, efectuando una comparación entre los dos sistemas, el comunista y el nacionalsocialista, que va en detrimento de Stalin. 


En cuanto a los crímenes del comunismo, todavía se acostumbra frecuentemente a no calificarlos de tales. Jean Daniel escribe por ejemplo que el comunismo estaliniano recurrió a medios nacionalsocialistas, cuando sería probablemente más adecuado a la verdad histórica decir que es el nacionalsocialismo el que utilizó medios comunistas, puesto que fue desde la época de Lenin, y por su expreso mandato, cuando el comunismo se lanzó deliberadamente en la vía del crimen contra la Humanidad como medio de gobierno.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Apología a la Barbarie




En recuerdo de Ernst Jünger.

Heidegger describe la época actual como la del tiempo de la indigencia: "Es el tiempo de los dioses que han huido y del dios que vendrá", en esta circunstancia con un estilo y una tradición cultural diferente, aparecen tres escritores: Ernst Jünger, Yukio Mishima y Ezra Pound que por caminos distintos anuncian el cierre de un ciclo y de una forma cultural agotada: la de la cultura racionalista.
A su manera y con una personalidad propia, opuesta al igualitarismo y al colectivismo, cada uno de ellos desarrolla una apología de "la barbarie". Partidario de la tradición (Jünger), un héroe y un esteta (Mishima), y el enemigo de la usura, forjador de los cantos (Pound), se aproximan a la barbarie ¿Cómo encarnan esa nueva barbarie? Los valores bárbaros de acuerdo a Nietzsche son aquellos que permanecen cargados de sentido y de vitalidad, separados de las abstracciones y de las justificaciones humanitarias, portadores de un para sí y de una acción incondicional. En parte corresponden a la descripción que Cioran hace del pensamiento reaccionario: «Esa idolatría de los comienzos, del paraíso ya realizado, esa obsesión por los orígenes es el signo distintivo del pensamiento reaccionario, o si se prefiere, tradicional». Los tres escritores han tenido el atrevimiento de reaccionar contra su circunstancia, mas su afirmación no consiste en una respuesta reactiva, se propone remontar el tiempo en que surge, crear valores y rebasar los existentes. En este sentido Jünger, Mishima y Pound representan un claro desafío a la rebelión de las masas, a la lógica del poder burgués y al conocimiento materialista.

Por senderos distintos, en la experimentación existencia! y artística de vías de realización diferentes buscan por la voluntad de Poder, hallar la voluntad del Origen. El itinerario de la «pregunta por el Origen», significa el retorno a las fuentes, la marcha hacia lo primigenio, el encuentro con la raíz. Jünger concebirá la figura del trabajador, del guerrero y del anarca. Mishima revitalizará la tradición samurai. Pound tratará de poetizar la política. Por ahora no juzgo el sentido de esos fines ni la idoneidad de sus propósitos.
Apología de la barbarie o clausura de la actual civilización: «Yo simplemente quiero otra civilización» (Ezra Pound). Esa apología ha sido descrita por el español Isidro Juan Palacios como el opio de la ciudad, el estado de postración de la «masa de los durmientes», que en las torres ciclópeas de las grandes ciudades hacinan su existencia nómada y desarraigada, en la senectud de la civilización: «Es tarde para que prenda en la sociedad contemporánea la alarma, pues los habitantes de la urbe están —cercana ya la noche— demasiado despreocupados y con escasísima vigilancia, preparando la nueva fiesta de la ociosidad absoluta, de la fiesta sin entraña, de la servidumbre del placer indomado: la última etapa de la decadencia que precede al derrumbe… y a la instauración de lo nuevo».
Trataré de matizar brevemente esa revuelta contra el mundo moderno que representa las vidas y las obras de Jünger, Mishima y Pound. Jünger se propondrá superar el nihilismo como el «estado normal de la humanidad» a través del nihilismo activo. Su participación en las dos guerras mundiales, como su actividad en los «cuerpos francos» de la entreguerra, postularán por el «dominio y la forma» el abatimiento de la civilización producto del Siglo de las Luces y de la mentalidad cientificista del siglo XIX, esa aspiración se plasmará en el intento de «dotar de sentido» a la figura del trabajador. El trabajador comprendido como una manifestación articulada del soldado y del técnico, que según Heidegger proporcionaba «una forma» a Zaratustra. Sin embargo el trabajador como operario de una obra épica y colectiva no tiene sentido en una edad en que la guerra ha dejado de tener una relación orgánica con el hombre, y en que el mismo héroe es de acuerdo a Hegel un «simple funcionario del Espíritu Absoluto». El trabajador, deberá entonces ser reemplazado por el anarca. La apología de la barbarie se expresará en el dar la espalda a lo social, en habitar la soledad del bosque, en renunciar a la salvación de los otros. El anarca es por excelencia el nuevo bárbaro que no reconoce su misión a las órdenes, a las banderas, a los regimientos. El anarca muchas veces vive en la ciudad pero su existencia está separada de la masa. Su vida se revela como una poética de la destrucción y de los instantes privilegiados.
Mishima, por su parte, afirmará dos caminos: el de las letras y el de la acción. En la vía de la literatura se manifiesta el ser femenino, que sólo pasivamente puede actuar en el mundo. Ese contemplar la realidad sin penetrarla es advertido como «un hablar y decir», un simple juego de palabras, que remite a la idea de Hólderlin de la poesía como «la más inocente de todas las ocupaciones». Mishima exigirá al mundo de sueños de la literatura la facultad de la decisión. Su ser se rebelará contra lo inofensivo: querrá preparar su cuerpo para asumir el poder de la acción. El esteta Mishima, de un palacio rococó, extasiado en la imagen del martirio de San Sebastián tendrá que «hacer de su propia vida una obra de arte» (Yukio Mishima). Ese deseo lo encontrará paradójicamente en otra de las caracterizaciones de la poesía como «el más peligroso de los bienes». Mishima vencerá el tiempo de indigencia —en que los dioses se han retirado— con su propio sacrificio. Romperá el falso respeto de una paz permanente impuesta por los aliados y la civilización occidental a Japón al término de la segunda guerra mundial. La palabra de Mishima, dejará de ser una diversión inocua, una negación de la decisión, una apuesta desfalleciente a la perennidad. Mishima asumirá el credo de la Yomeigaku, de la doctrina de la acción: «Saber y no actuar es no conocer». Para vencer la «noche del mundo» se abismará, correrá el peligro de perder el ser, vivirá con su seppuku o sacrificio ritual el máximo riesgo de la palabra. Tendrá la audacia inaudita de realizar un acto de valor incondicional en un mundo en que impera la cobardía: el no confrontar el ser, la raza de los hombres en fuga.
Pound vivirá en dos vertientes la apología de la barbarie. Se revelará contra el ambiente académico y la concepción de la poesía como un decir que no es responsable de la acción de la usura. Así criticará una y otra vez, la educación universitaria como una transmisión muerta de conocimiento. La función social del escritor consistirá en escribir bien, con la máxima precisión y con economía en los términos. Esa función social debe estar unida a la ética: de ahí que Confucio recomendara a sus discípulos la lectura de las Odas para la perfección de su carácter. La poesía expresa un conocimiento exigente y una civilización tiene la poesía que se merece. Mas la poesía debe ser hablada y escrita en una realidad en que impera neschek, la usura corrosiva. La usura afecta no sólo la vida económica de los hombres sino la manera de pintar un cuadro, de comprender una lectura, de escribir un libro. Si el demonio de la política, según Max Weber, hace perder el alma, resulta necesario poetizar la política. Poetizar el limo para acuñar la forma. Forjar el canto para que cada quien cumpla su papel y reine la «armonía». Aun cuando ese poetizar ese responder por la belleza del ser se derrumbe ante el orden operístico del milenarismo fascista y valga ser internado en un manicomio.
Jünger, Mishima y Pound conforman la divina horda con que la nueva barbarie prepara su asalto. Sus armas son los cantos y el ser, su zona la del «nihilismo perfecto». Sus adversarios los amantes de la fealdad, de la uniformidad, de la nivelación.
Ahora bien, ¿esa barbarie a dónde conduce?, ¿por qué es necesario en la postmodernidad referirse a ella? Si pueden objetarse cada uno de los senderos escogidos por estos escritores, su decisión de revertir la circunstancia, de no permanecer esclavos de los criterios de su época indica un problema más profundo que la «inadaptación», la «egolatría del artista», el «individualismo pequeño-burgués», o cualquiera otras de las figuras con que el hombre moderno, alejado de la metafísica, procede a digerir la disidencia de los artistas, que hoy deben cumplir la misión del vagabundo, del filibustero, del aventurero en una sociedad secularizada, cuya estructura se finca en la negación del mito y de la aventura.
La postmodernidad no sólo quebranta la fe dogmática en el progreso y la evolución lineal que caracteriza el ser moderno, se pone asimismo de manifiesto el eclipse del intelectual orgánico, partidista y militante. Ni Jünger ni Mishima ni Pound entregaron su conciencia personal a un sistema único de ideas, a un monismo mesiánico o a una estructura burocrática. Jünger se mantuvo distante del nacional-socialismo alemán, y fue el primer novelista que lo criticó en lo que representaba de revolución plebeya y promiscua en su texto Sobre los acantilados de mármol. Mishima se opuso a la derecha liberal japonesa defensora de la «paz perpetua» y del «crecimiento capitalista». Pound fue considerado siempre un extravagante por los burócratas fascistas y nunca aceptó ser una voz partidaria.
La postmodernidad que Octavio Paz ha estudiado en lo que significa de «desengaño» sobre las certidumbres de la modernidad, tiene quizá una virtualidad inexplorada: la del surgimiento de un intelectual distinto al del «arte por el arte», y diferente, también, del intelectual misionero y proselitista. Ese intelectual que no cree en el Estado, que permanece al mismo tiempo independiente de la sociedad civil, es por principio un bárbaro, un ser desmesurado, cuyo tipo aún no ha sido definido, ya que subvierte la normalidad racional y la función del intérprete de lo social.
La desmesura del intelectual que parece emerger en la pleamar de la modernidad, no tiene relación directa con el ideal romántico, o con la fiebre dionisíaca. Esa desmesura es contradictoriamente serena. Obedece a un rebasamiento de los puntos de referencia modernos: democracia, ciencia, felicidad. El frágil equilibrio con que la sociedad ha tratado de marcar los cauces de la inteligencia se encuentra en crisis. El intelectual no puede teorizar más sobre las utopías, éstas se han transformado en catástrofes o en cementerios. Le está negada de antemano la posibilidad de la reforma altruista, y la razón del Estado ha petrificado a las revoluciones. El intelectual —desconcertado— no sólo observa la invasión de las masas sino la masificación del poder: el intelectual es absorbido y devorado por el poder de la sociedad moderna, se transforma en un objeto de la razón calculador.
La apología de la barbarie se refiere a ese agotamiento, y al tipo de un nuevo intelectual cuyo rango esencial es probable que sea su misma atipicidad. Jünger, Mishima y Pound andan sobre esa línea, en que el pasado reciente se desmorona y no aparece aún la claridad del día. Su barbarie ha soportado la historia aunque los políticos crean que ellos la han dirigido, representan la palabra que recobra la facultad de decidir en el tiempo de indigencia, tiempo de postmodernidad en que debemos resolver «si nos prometemos a los dioses o nos negamos a ellos».

Fuente : libreria-argentina.com.ar

Brasillach, infante y mártir


No pierdas la sonrisa ni siquiera cuando te vayan a ejecutar.. Robert Brasillach.
El 6 de febrero de 1945 el escritor francés Robert Brasillach, juzgado culpable de traición a la patria, fue fusilado en el fuerte de Montrouge, a las puertas de París. Tres días antes, el general De Gaulle, jefe del gobierno provisorio surgido de la Liberación, había recibido la visita de Jacques Isorni, abogado defensor de Brasillach, y lo había escuchado durante trece minutos sin decir una palabra. Cuando Isorni le quiso dejar una copia de la petición de gracia firmada por destacados escritores franceses, el General replicó que no era necesario; sólo preguntó si entre las firmas figuraba la de Abel Hermant. Isorni se indignó: Hermant, colaboracionista notorio, estaba preso. “La mayoría de los firmantes son adversarios de Brasillach”, informó antes de retirarse. La orden de ejecución, firmada por De Gaulle, está fechada ese mismo 3 de febrero en que Isorni terminó su visita a las 22.30. ¿Fue firmada en la hora y media siguiente? ¿Tenía De Gaulle ya tomada su decisión antes de la visita del abogado?


The Collaborator, libro reciente de Alice Kaplan —profesora en Duke University y autora de French Lessons, estudio sobre la relación entre la vida intelectual francesa y el fascismo—, suscita múltiples resonancias actuales, más allá de lo que anuncia su discreto subtítulo: “El proceso y la ejecución de Robert Brasillach”. El nombre de este autor, casi olvidado fuera de Francia, se ha convertido en objeto de manipulaciones múltiples en su país, tanto mas incómodas porque basadas sobre hechos incontrovertibles.
Hasta 1939, Brasillach había sido un escritor “prometedor”, aunque el mérito literario de sus novelas ha sido exagerado después de su muerte. Su itinerario periodístico, de la derecha católica tradicional de L’Action Française hasta los grupos fascistas más rastreros de Je Suis Partout, puede explicar que, tras la derrota de 1940, haya estado entre los más entusiastas propagandistas de la colaboración. Ya en 1937 había asistido al congreso del partido nacio-nalsocialista en Nüremberg y había escrito un reportaje entusiasta sobre la nueva Alemania: “Cien horas con Hitler”. Su obra, sin embargo, no se agota en panfletos circunstanciales. Estudioso de los clásicos, Brasillach había publicado un libro sobre Virgilio; crítico literario, un estudio sobre Corneille; autor teatral, una adaptación de las minutas del proceso de Juana de Arco; también cinco novelas, un ensayo sobre el teatro contemporáneo y, en colaboración con Maurice Bardèche, una historia del cine reconocida como precursora y dos volúmenes sobre la Guerra Civil española.
Entre septiembre de 1939 y mayo de 1940, Brasillach redactó este libro impar: Notre avant-guerre, que la editorial Plon publicó en 1941, cuando el autor aún era, como tantos soldados franceses derrotados en 1940, prisionero de guerra. Brasillach sentía la necesidad imperiosa de dejar alguna huella de una época que había vivido, la de su juventud, época que la guerra había clausurado definitivamente. Al redactar ese libro no sabía que poco más tarde iba a ser liberado por el ocupante alemán, que lo consideraría útil en su actividad de hombre de letras. En la evocación de Brasillach, donde la minucia del memorialista se une a la melancolía de una pérdida irreparable, se halla el testimonio de una vocación literaria que florece a medida que un joven provinciano descubre la capital, hace amistades unidas por un mismo entusiasmo intelectual e ideológico y va definiendo estos sentimientos al calor de la Guerra Civil en España y del triunfo del Frente Popular en Francia.
Notre avant-guerre, libro conmovedor por la candidez que lo anima, inquieta porque convida a asistir a la formación casi espontánea, a partir de una sensibilidad predispuesta, de un fascista sincero. En sus páginas resulta particularmente reveladora la crónica del desarrollo del antisemitismo, que el autor presenta como consecuencia directa del acceso al gobierno de Léon Blum.1 “El francés es antisemita por instinto, desde luego, pero no le gusta parecer que persigue inocentes por vagas cuestiones de piel”, escribe antes de trazar el cuadro de una sociedad que iba a redescubrir un impulso “casi desconocido en Francia desde el affaire Dreyfus, quiero decir el antisemitismo”. No se trata sólo del “número impresionante” de judíos ministros y funcionarios en el Frente Popular: “el cine prácticamente cerraba sus puertas a los arios. La radio tenía acento idisch.”
Al recordar dos números especiales de Je Suis Partout (15 de abril 1938 y 17 de febrero 1939), donde Lucien Rebatet publicó cantidad de documentos, en el primero sobre los judíos en el mundo y en el segundo sobre los judíos en Francia, Brasillach evoca la necesidad de elaborar un estatus “razonable” para los judíos y busca diferenciarse del “antisemitismo instintivo”, cuyo “profeta” era Céline. (Define Bagatelles pour un massacre como “un libro torrencial, de una alegre ferocidad, excesivo por cierto, pero de una grandiosa elocuencia. No hay en él razonamiento, sólo ‘la rebelión de los indígenas’. Su triunfo fue prodigioso.”) En el editorial que presentaba el primero de esos números especiales de Je Suis Partout, redactado enteramente por Rebatet, Brasillach había expuesto la necesidad de ese estatus como “protección para los judíos” tanto como para “nosotros”; apelaba a un antisemitismo “de razón” contra el antisemitismo “de instinto”. Aun en el editorial del número de 1939 empieza proclamando: “En primer término, nada de persecución.” Rebatet iba a reprocharle, a él tanto como a Maurras, el ejercer un antisemitismo “incompleto”: “la definición del judío debe ser racial”, exigía.
Una vez liberado y reunido con sus compañeros de Je Suis Partout, Brasillach, joven lector de Proust y de Claudel, se desliza por una pendiente que le sería fatal: en primer término, corrige una adaptación de Bérénice de Racine escrita en el campo de prisioneros, convertida para la ocasión en una diatriba antisemita; también empieza a denunciar regularmente en el periódico a quienes observan una actitud reticente ante el ocupante; más aún: a publicar direcciones donde se decía que se escondían “subversivos”, a revelar los apellidos originales de quienes habían debido maquillar su identidad para sobrevivir. Este aspecto de su labor lo convirtió en un ejemplo de bajeza aun para muchos entre quienes compartían sus ideas.
(Las autoridades de la ocupación —es necesario recordarlo— desconfiaban tanto del vociferante Céline como del obsecuente Montherlant, tampoco sentían simpatía por monárquicos como Maurras o Léon Daudet ni por católicos como Claudel y Mauriac. Ninguno de ellos aparece en una lista alemana de “irreprochables”, donde el nombre de Brasillach tiene por vecinos a Drieu La Rochelle y Alphonse de Chateaubriant, al historiador Benoist-Méchin y el editor Bernard Grasset.)2
El momento culminante de esta escalada en la ofuscación llegó en el año, decisivo para la Francia ocupada, de 1942. Si el 6 de julio, días antes de la razzia del velódromo de invierno, Pierre Laval proponía públicamente que el gobierno no vacilara ante “la deportación de menores de dieciséis años”, el 24 de septiembre del mismo año podía leerse en Je Suis Partout: “Hay que separarse de los judíos en bloque, sin guardar a los pequeños: en esto lo humanitario está de acuerdo con el sentido común”. Las consecuencias para Brasillach de esta declaración (anónima, pero de la que como redactor jefe asumía la responsabilidad), que iba a ser citada durante su proceso, no podían sino serle fatales en los meses que siguieron a la Liberación.
Un año después de haberla publicado, en 1943, ocurre el desembarco aliado en Italia y Brasillach abandonaba el puesto de jefe de redacción en Je Suis Partout. Ese alejamiento no se debió a ningún oportunismo, aunque coincide con el momento en que toda Europa siente cambiar la dirección del viento. Sigue publicando artículos en Révolution Nationale, donde colabora Drieu. Su posición, y en esto se opone claramente a su camarada Rebatet, es la de rehusar la línea política que sólo ve un porvenir para el fascismo en el triunfo del Tercer Reich.

Después de la guerra, Brasillach iba a ser juzgado en un país donde escritores y periodistas menos notorios, que tuvieron conductas más comprometidas que la suya, cumplieron penas de pocos años de prisión. Céline, el más feroz abogado de la exterminación racial, iba a ser indultado en 1951; tras seis años de exilio en Dinamarca, pudo volver a Francia. En ese mismo país, el jefe de policía René Bousquet, ejecutor bajo la dirección de Reinhard Heydrich de la razzia del velódromo de invierno en junio de 1942, tras un proceso demorado con chicanas formales durante cuatro años, fue finalmente indultado por innominados “servicios prestados a la Resistencia”: al dejar la policía, también en 1943, habría sustraído archivos que más tarde cedió, con seguro instinto del beneficio futuro por obtener, a quienes se enrolaban a última hora en la clandestinidad.
El proceso de Robert Brasillach fue expedido en tres sesiones públicas y el escritor fue prestamente enviado ante el pelotón de fusilamiento en una fecha simbólica, elegida para coincidir con el aniversario del frustrado levantamiento fascista de 1934. Lo defendió un abogado que era inquilino del fiscal, y lo juzgaron jueces y magistrados que se habían desempeñado en el sistema judicial del régimen de Vichy. Jean Paulhan fue el primer intelectual antifascista en elevarse contra la inutilidad y ocasional ignominia de los procesos de “depuración”: “ni jueces ni delatores” fue la divisa que propuso a los colegas tentados por integrar los comités que compilaban listas negras. El de Brasillach fue el último fusilamiento de la Liberación. Muchos periodistas, refugiados en Baden-Baden, esperaron a que se calmaran los ánimos antes de negociar su situación legal. (Brasillach no los había seguido pues, en los últimos días antes de la Liberación, se entera de que su madre ha sido arrestada en Sens, zona ya evacuada por el ejército alemán; tácitamente, se la mantenía como rehén hasta el momento en que su hijo se entregara…) Un año después de su ejecución, Simone de Beauvoir manifestó su acuerdo con la sentencia pero desdeñó el cargo de “traición” y planteó el caso en términos filosóficos; 17 años más tarde diría que “hay palabras tan asesinas como las cámaras de gas”. Fue, también, uno de los primeros testigos en atreverse a publicar, desde la oposición ideológica, su admiración por la dignidad y la coherencia de Brasillach ante sus jueces. Es posible que reacciones como la suya hayan pesado en favor de otros inculpados de connivencia con el enemigo.

Lucien Rebatet, por ejemplo, sólo conoció la cárcel; en sus memorias llega a suponer que fue la muerte de su amigo lo que le salvó la vida: “Il a payé pour nous…”, escribe.3 El mariscal Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial, anciano bienamado de la Francia humillada de 1940, que se declaraba “inmolado” (“J’ai fait don de ma personne”) para aliviar la desdicha de una ocupación extranjera, fue condenado a prisión perpetua, donde moriría en 1950; su primer ministro Laval, político populista, individuo tosco, plebeyo, negociador de comité, había sido fusilado sin mayor debate. Como en el cinematógrafo, también en la vida hay estrellas y papeles secundarios…

El primer mito de la posguerra fue el de una mayoría resistente y una minoría colaboracionista que debía ser castigada. Esta genial ficción política del general De Gaulle le permitió evitar una guerra civil. Tal vez, desde el punto de vista de los “intereses más altos de la nación” (que suelen traducirse en términos bajamente políticos), la condena de Brasillach tenia sentido en ese frágil presente entre la Liberación de París (agosto de 1944) y la caída de Berlín (mayo de 1945), que marcaría el final de la guerra en Europa. El hombre que surge del estudio de la profesora Kaplan —como anteriormente del estudio de otro universitario norteamericano—4 es ante todo un individuo sincero, mucho más en todo caso que tantos de sus compatriotas. Sensible aun en la abyección a que sus opciones ideológicas lo llevaron, sin duda embriagado por la exaltación egotista propia del fascismo, se demostró tan poco acomodaticio que confió en la franqueza como mejor arma para enfrentar a los jueces de quienes dependía su vida… A ese hombre el fiscal no se privó de abrumarlo con alusiones a su presunta homosexualidad y a su relación con su amigo y coautor ocasional Maurice Bardèche.Casado con la hermana de Brasillach, Bardèche fue hasta su muerte en 1998 el principal artífice del segundo mito, el de Brasillach mártir. Fue él quien ordenó los textos de las obras completas, en doce volúmenes, publicadas en 1965 en una colección donde se beneficiaron con la vecindad de Colette y de Sartre. Esas obras “completas” omiten los pasajes más comprometedores para la estatua póstuma del mártir. En la posguerra, Bardèche alternó su obra de polemista (en “Nüremberg o la tierra prometida” llamó al tribunal que juzgó los crímenes de guerra “asamblea de reyes negros”) con estudios respetados sobre Stendhal, Balzac y Flaubert. En 1952 fundó Défense de l’Occident, revista donde el negacionismo y el neofascismo iban a hallar tierra de cultivo. Desde 1995, gracias a Bardèche, las novelas de Brasillach se reeditan por la firma Godefroy de Bouillon, nombre del cruzado antisarraceno del siglo xi. (Otros títulos de la casa: Justicia para el mariscal Pétain y ¿Debemos quemar a los árabes en Francia?) Una reedición de La Mort en face lleva posfacio de Jean-Marie Le Pen…
Pero no es sólo la derecha extrema quien se ha apropiado de la memoria de Brasillach. Ya en diciembre de 1948 se fundó en Suiza, en Lausana, una “Association des Amis de Robert Brasillach”, que dos años más tarde empezó a publicar sus Cahiers. En la década que empezaba, otra derecha (literaria, mundana) floreció en París alrededor de la editorial La Table Ronde. Sus representantes más notorios, hoy casi olvidados, formaron el cenáculo de escritores llamados les hussards; liderados por Roger Nimier, creyeron combatir la hegemonía intelectual del “compromiso” sartreano y de los compañeros de ruta mediante la reevaluación de escritores como Fraigneau, Déon o Chardonne, e idolatrando a Morand. Si Brasillach mereció el recuerdo de estos jóvenes, ese homenaje no ensalzó su reputación. Frente a la insignificancia de este grupo, adquieren mayor relevancia aún las voces aisladas de quienes conocieron problemas propios en el momento de la Liberación y sin embargo no vacilaron en arriesgarse para intentar defender a Brasillach: Anouilh, por ejemplo, que se encargó de recoger firmas para un pedido de clemencia durante el proceso, o Marcel Aymé. Edgardo Cozarinsky

Extracto del artículo “Tema de Infante y del mártir” en Letras Libres.

Imperium..un libro fundamental


En 1946, Yockey había llegado a Alemania y descubierto la obra de los “liberadores”: decenas de ciudades alemanas “limpiadas” a base de bombas de fósforo,seiscientos treinta mil muertos civiles, según la estimación más benévola, dieciséis millones de alemanes expulsados de sus hogares en Europa del Este,la limpieza étnica más grande de la Historia, jamás igualada y jamás denunciada, los ajustes de cuentas cometidos contra la población civil alemana en 1945-48, los prisioneros de guerra alemanes exterminados por el hambre por cientos de miles en los campos americanos y franceses, y la Cruz Roja que no tiene derecho a intervenir. Y el inicio de la aplicación del sádico plan Morgenthau destinado a transformar Alemania, sin tener en cuenta las consecuencias mortales para una gran parte de la población. Yockey, de personalidad sensible, apasionada, idealista, romántica, exaltada incluso, es marcado de por vida por este terrible espectáculo y jura dedicarse en cuerpo y alma a la lucha contra América y por el renacimiento de Europa. Su primer acto importante fue retirarse a un olvidado rincón de Irlanda y escribir en seis meses las seiscientas páginas de Imperium. El mensaje principal del libro es una condena definitiva de la civilización mercantilista liberal y el anuncio casi profético de un futuro Imperium europeo y de una regeneración de Occidente mediante un modelo autoritario.

La obra no pasó inadvertida a Julius Evola quien la comentó en profundidad, y el célebre historiador militar británico Liddell Hart también realizó una crítica favorable. En Francia Maurice Bardèche la llego a apreciar tanto que escribió una traducción que no fue publicada pero cuyos duplicados sí se pudo hacer que circularan.

En los años siguientes, Yockey desarolla y afina sus concepciones en una serie de textos, siendo a menudo extremadamente radicales pero implicando también una visión de clarividencia notable, e ideas revolucionarias para la extrema derecha de la época. En uno de los primeros, Yockey predicó el abandono total de los viejos nacionalismos del siglo XIX y apeló a la unidad de Europa desde las colinas de Galway hasta el río Ural alrededor de un fuerte núcleo germánico con la participación eventual de Rusia, vista como un potencial aliado a partir de 1952. También en uno de los primeros, comprendió que los Estados Unidos y su modelo de sociedad eran mucho más peligrosos que la URSS para la identidad europea. Estos temas fueron más tarde desarrollados brillantemente por Alain de Benoist y los teóricos de la Nueva Derecha francesa. Yockey no dudó en establecer contactos con el Bloque del Este, asistiendo al proceso de Praga en 1952 lo que le costó la retirada de su pasaporte por el Departamento de Estado norteamericano. Seguidamente se posicionó de forma comprometida a favor del movimiento neutralista y tercermundista (nacido en Bandong en 1955), no vacilando en visitar Egipto para encontrarse con Nasser y Anouar el-Sadate para los cuales trabajó un tiempo. En un activismo furibundo recorrió el mundo como un verdadero agente comercial de la subversión, yendo finalmente hasta Cuba con la intención de encontrarse con Fidel Castro, bestia negra de los Estados Unidos en aquella época. No hay duda de que el FBI se irritó particularmente por este último episodio, que se añadía a muchos otros. Unos meses después de esta visita en Cuba, fue detenido portando un pasaporte falso en suelo americano, no es un pez pequeño, es un hombre que nos interesa mucho, mucho, declaró entonces un representante del FBI), y unos días mas tarde se "suicidó" en su celda. Por su vida apasionada, por su muerte misteriosa, por su libro profético, Yockey entró en la categoría de mito. Americano “apóstata”, ha tenido una influencia innegable en la corriente euro-nacionalista, influencia hallable en el teórico belga Jean Thiriart, en la Nouvelle Droite francesa, en el filósofo ruso Alexandre Dougine y su movimiento eurasiático,Yockey es bien conocido en Rusia, y en toda la corriente nacionalista revolucionaria en general. En la época en la que vivía, las ideas de Yockey no tuvieron mucho impacto y fueron percibidas como una provocación por la extrema-derecha conservadora, anti-comunista y pro-americana. Hoy sin embargo, tras la reunificación alemana y la caída de la URSS, con el poderoso ascenso del mundialismo y del nuevo orden mundial, sus postulados se hacen cada vez más actuales. En un mundo donde sólo cuentan las unidades de como mínimo trescientos millones de hombres, la verdadera unidad de Europa nada que ver con la Unión Europea- es cada vez más necesaria y urgente igual de válido para Europa que para el mundo árabe y América del Sur. El acercamiento Europa-Rusia se transforma también en ineludible y abre la vía a un gran futuro continental unitario e imperial que no imperialista. Con el militarismo estadounidense y el pacto de acero americano-sionista sobre una base de profetismo bíblico, la designación de enemigo prncipal hecha por Yockey, cobra más validez que nunca.

Es en esta perspectiva, en donde hay que colocar los escritos de Yockey y su profecía de Imperium. Cualesquierea que hayan sido sus excesos  innegables , este americano fue un gran patriota europeo. Es por eso por lo que conviene leerle.

Christian Bouchet.

sábado, 29 de noviembre de 2014

Fábula de los patos y gallinas




El siguiente famoso "cuento" de George Lincoln Rockwell está entre las muchas declaraciones que le hizo ser denunciado como un "anti-semita". Según la legislación federal que algunos han propuesto, podría haber sido acusado de un "crimen de odio" por expresar esos pensamientos "intolerantes" y para que todo el mundo lo pueda leer y entender que el mensaje en su contenido sea lo más relevante e importante como siempre, vamos a tomar nuestras posibilidades de  juzgarlo  nosotros mismos así que cualquier relación con los grupos y eventos conocidos, pasadas o presentes, es puramente intencional...
MUCHOS, MUCHOS AÑOS ATRÁS , cuando los animales pudieran hablar. Abajo un estanque habitado por patos, diez mil a lo menos, sus alegrías fueron un dia perturbados por cualquier hombre o bestia. Un día, cerca de la puerta de entrada había un estruendo horrible, un centenar de gallinas sin aliento rogaban a entrar, estas aves pobres clamaron, ¡Es sólo por las plumas! "Ven Ven ¡¡Para que nuestros corazones sangren!. Habia cerca una manada de patos  ¡Vamos a compartir nuestra suerte!  Y lo que estos pobres gallinas desaliñados entre los patos se movieron, uno de los patos declaró, "somos hermanos de la piel.". Las gallinas eran como nuevas. Enviaron a todos los amigos del gallo, que fueron bien recibidos. Para complacer a sus anfitriones, estos pollos intentaron contoneo y charlatáneria. Para simular las formas, rápidamente aprendieron el truco. Esto agradó al rebaño de patos, ya que satisfizo su orgullo. ... Pero oye mi cuento, y aprender cómo fueron tomando el pelo.Los patos, al parecer, pasarón todo su tiempo en arreglar el lugar, en el cultivo de alimentos y la construcción de viviendas y . limpieza de cada espacio, dijeron a las gallinas lo que deberian hacer para ganarse el pan de cada día. "Nos van a enseñar y escribir y entretener, y comprar y vender", dijeron. Y por lo que estas gallinas comenzaron a enseñar a los patitos y pollitos. Cambiaron los alimentos y los huevos y las cosas, con muchos trucos inteligentes. Ellos escribieron grandes libros y ponen espectáculos. No pasó mucho tiempo hasta que los pollos propiedad de la Duckville Quack. Una  madre, que tomó sus patitos al lago, cuando uno de ellos dijo ¿Por qué los patitos siempre nadamos! jadeó ¡¡. Es lo que está acostumbrado a hacer! Como los conejitos dan  saltos, los grillos chirridos, y las vacas más siempre moo!  su hijo respondió.¡ Está mal para las aves  nadar ... ¡además, el maldito frío en mis patas! la madre exclamó. ¡ Estás hablando como un tonto! Hasta que otro patito y dijo: ¡Tiene razón! Lo aprendimos en la escuela.¡ ¡Este tipo de cosas deben parar! gritó la madre. Esas gallinas no pueden enseñar esas mentiras! ... pero estaba equivocado, porque incluso entonces las gallinas tambien querian tener derecho a nadar, exigiendo que se les deje entrar en el Duckville Club Natación. ¡Pero usted no nadan! exclamaron  los  patos. Las gallinas respondieron. ¡excluirnos a nosotros es injusto! LOS PATOS MÁS JÓVENES , que habían ido a la escuela, allí mismo, dijeron ¡ mantenerlos fuera es el fanatismo ¡ Superados en número por los patos más jóvenes. Estuvieron de acuerdo en dejar las gallinas en todo, si quieren pagar las cuotas. Esa noche el Duckville Quack contenía esta propaganda en una pancarta: ! PATOS reaccionarios¡ Al día siguiente las gallinas estaban en el club; un pato se opuso al alboroto de nadar con furia y con sonido. ¡ Utilizamos nuestras cuotas para fijar el estanque, para mantenerlo aseado. Y esto está mal, ustedes no pagan, porque usted sabemos que no saben nadar! ¡Que Dios nos ayude! lloramos un pato viejo sabio. Estos pollos se han vuelto locos! Vamos a llevar esto a la justicia! .Pero cuando ellos subieron al juez, imaginar su consternación! Un pollo juez decretó que una necesidad fuerte multa ! pagar .! las minorías deben tener sus derechos", el juez declaró en ese momento, utilizar las cuotas de gallina para fijar el estanque es muy anti-gallina! " Una vez más el Duckville Quack habia revueltas  ¡¡¡ Los PATOS VIEJO se niegan a VER LA GRAN NUEVA ERA QUE VIENE "! EN LA IGLESIA DUCKVILLE el domingo mañana el predicador habló con estas palabras: "La discriminación tiene que parar! Recuerden, somos todos los pájaros! " El pato más sabio de todo el pueblo se sentó en la desesperación. "Voy a escribir un libro", pensó, "y luego esta locura voy a desnudar!" Fue un error obligar a las gallinas a nadar, así que aquí está quid del problema. Es igual de malo para gallinas intentar tratar con nuestros patos! " Este pato preocupado luego trató de advertir a sus amigos por el discurso y la pluma, pero los patos jóvenes recién salidos de la escuela sólo se burlarón, ¡¡ es un vicioso anti-gallina! " Las gallinas habían llegado a Gooseville, también, pero los gansos estaban más despiertos. Cuando las gallinas empezaron a estropear las leyes los gansos se levantaron en la justa ira y simplemente las echaron. Por supuesto, en Duckville convergieron. ¡Tenemos que tomar estos refugiados ¡, fue lo que los patos todos instaron. El Duckville dijeron ¡ Estos gansos no se detendrán ante nada! Ellos planean conquistar todo el mundo Atrocidades que han hecho! " "Eso es correcto"! los jóvenes patos todos estuvieron de acuerdo. ¡Ayudaremos a nuestros compañeros los pájaros! Estos gansos tienen planes para conquistar! Hemos leído que hay un curandero nuevo! ... cada gallina tomó un trabajo en Duckville. El alcalde de Duckville, un pato vano y estúpido que era, un verdadero cloc! Pero cuando elogió a los patos jóvenes salvajes y maldijo a los gansos malignos, el curandero declaró que estaba "todo planeado." Su alabanza nunca cesará. Las gallinas aportó, dar grano de forma gratuita. Los viejos patos tristemente sacudierón sus cuellos. Y, efectivamente, este estúpido pato, fue elegido alcalde. De de este modo, el alcalde dijo: Vamos a borrarlos del mapa¡ Mientras Duckville dormía, las gallinas infames! llamaron a los gansos por nombres de inmundicia;. que llenan su estanque con palos. Ayudaron las comadrejas atrapar a los gansos, y otros trucos hennish. Los gansos se enojaron y arrojaron algunas piedras. "Es la guerra!", el curandero anunció."Nosotros, los patos deben combatir esos gansos malvados, 'hasta que han sido derrotados profundamente. Los patos que no sabían de los trucos se permitió por el alcalde estaban llenos de "celo patriótico"  Ahora, cuando los patos habían azotado a los gansos, el alcalde pidió tranquilidad! Nuestros amigos realmente deberían tener una gran calle principal de Gooseville! " Las gallinas estaban de vuelta en GOOSEVILLE mataron de hambre y golpearon a los gansos. Oraron por la "paz", pero organizan los Henville Policía Armada "! drenaron el Gooseville estanque donde antes estaba el baño;. Ellos arrancaron del cuello del alcalde de Gooseville en los últimos tiempos, reglas inventadas Fundaron un consejo de las gallinas. Las otras aves que se unieron no percibieron el juego apenas habían configurar esto, lo que anunciaron como un plan para aprovechar hasta Swanville como un hogar para todo su clan hennish. Ellos tomaron un voto entre las gallinas, y todo el mundo aprobado! "Swanville fue para gallinas! Y así, llegarón los cisnes , DUCKVILLE era un desastre ; los jóvenes patos se habían vuelto locos. Robaron y se reían de la verdad y de la ley se volvieron completamente malos. Las gallinas estaban vendiendo malezas. Pero los patos que se atrevieron a mencionar por temor a que fueron etiquetados de  "ANTI-gallinas." Las gallinas todo predicaron de la "tolerancia"; invocaron la "Regla de Oro". Pero ellos subvencionaron a los indigentes, los codiciosos y el tonto. Por fin los patos comenzaron a oler a una rata. "Este alcalde no es bueno!" gritaron, "y vamos a arreglar pronto eso! " Pero las gallinas ya habían planeado todo y ya tenian otro candidato Este pato gallina-herramienta ha azotado los gansos; un pato soldado era. Aunque las gallinas lo habían establecido, los patos todos pensaban que era libre. Este pato gallina-herramienta fue elegido a través de la ignorancia y la codicia, a través de sobornos de "calderilla". LA GALLINAS se burlaban de los PATOS EN TODO.

Escribe Rosenberg..


El Movimiento Nacionalsocialista ha experimentado su propia ley, de acuerdo a la cual se ha presentado, a partir de los primeros días de su existencia, la premisa de toda acción,  la personalidad de un pueblo, la conducción frente a la nivelación democrática, la lucha total y hasta el fin contra el marxismo, ya sea socialdemocracia o bolchevismo, el relevo de la capa burguesa, incapaz de una nueva selección de la Nación, pero, esto es algo que todo aquel que construye y posee pensamientos propios entiende sin más, y es también fácilmente comprensible aún para el hombre más simple. La incomprensión del desarrollo de una nueva y grandiosa voluntad, hace que más de uno que se ha unido recientemente a la Organización sin estar debidamente consubstanciado con su doctrina, crea cándidamente que el Partido es un cómodo foro para sus planes y planecillos a los que hasta el presente, desgraciadamente, nadie ha prestado atención.


A esa gente, por lo general, le gusta hablar de la "idea", imaginándose al respecto sólo los productos de su fantasía, y consideran al Movimiento únicamente como objeto de prueba al que urge incorporar sus geniales tesis hasta hoy ignoradas. A esos elementos, obviamente, les resulta sumamente desagradable e intolerable la personalidad de un auténtico Führer, y el que aquí existan ya idea y forma, puesto que esto impide todo intento de asumir una pose. El sospechoso celo por la "fidelidad a la idea" esconde el propósito de colocarse a sí mismo en el lugar de los creadores. Para que una doctrina —y esto es una ley eterna— pueda llegar a plasmarse en la realidad y adquirir la dureza del acero, previamente debe ser llevada por un conductor a través de las llamas del tiempo. Todo el que es realmente fiel a esta idea insistirá, por eso, en la inseparabilidad de Führer e Idea, y estará de acuerdo en reducir a la más férrea disciplina a individuos como los de tipo mencionado o si ellos no poseen el carácter necesario en la necesidad de apartarlos sin conmiseraciones.


Son precisamente las personalidades más fuertes y más conscientes de un nuevo y poderoso movimiento espiritual las que no admiten hacer de una organización nacida en medio de enormes sacrificios y dolores, un club de debate público, de personas indecisas, que confunden palabrería con solución de problemas. La Idea está firme, indisolublemente ligada al Führer, de quien brotan las decisiones destinadas a seres humanos y no a abstracciones sin sangre que dan al mundo un nuevo rumbo.


En el reconocimiento interior de la Idea singular reside la genuina exteriorización de la libertad; ésta es, por tanto, la postura interna del nacionalsocialista. La fidelidad a ella es, entonces, fidelidad a sí mismo. Y la fuerza de esta Idea común se incrementa con el apoyo al Führer en la lucha contra la decadencia de nuestra época, en la batalla por un gran porvenir. Lo que determina nuestro juicio no es lo que hacen otros sino lo que representamos nosotros mismos a través de la palabra, la voluntad y la acción. Sólo esto nos da la pauta para la valoración de nuestro tiempo. Sólo el que comprende esta fe y la exclusividad pronunciada y fundamentada de esa fe, podrá incorporarse. Y únicamente el que participa en la vivencia de la lucha de la sangre y de los valores del alma racial germánica que despierta, sólo ése es capaz de dar un juicio sobre nuestras intenciones.


Mediante la reafirmación y acentuación del valor del carácter es realmente como se tiende el puente entre el pretérito del pueblo alemán y el presente.

viernes, 28 de noviembre de 2014

Enemigos de las Ideas.


El orden social ha sido destruído por las ideologías que han colocado al yo absoluto en el centro de todas sus perversiones. Ningún concepto reúne a los individuos; la legislación es manejada por los agentes de los especuladores; ya no hay hombres de Estado sino solamente síndicos de consorcios, pertenecientes a la clase de los más despreciables delincuentes; y el Derecho y los jueces han sido rebajados a instrumentos del más estrecho espíritu partidista. Segun Goethe: toda gran idea se manifiesta dando leyes, toda visión de conjunto es siempre un fruto intelectual y ético de una personalidad, una idea necesita en este mundo de un cuerpo para su representación. El ser humano, la idea y la obra constituyen una unidad que jamás puede separarse. Este entendimiento fundamental también es válido allí donde el hombre es tanto sujeto como objeto, por lo tanto, debe ser encarnación de un pensamiento. Los defensores del sistema político hoy imperante, ante sus cada vez más escasos adictos, se esfuerzan en "explicar" el desarrollo de un fenómeno antaño objeto de burla, ahora con razón temido, tratando de neutralizar de algún modo la influencia hipnótica, la atracción irresistible que ejerce la nueva idea, no sólo sobre sus creyentes sino sobre todo el pueblo.


Con ese propósito se recurre al artilugio de que ello se debe a acontecimientos "pasajeros" tales como la penuria económica y el estancamiento comercial. Para completar tan infantil argumento a continuación se anuncia junto con las promesas de tiempos mejores y la pronta desaparición del "síntoma de enfermedad" nacionalsocialista. Todos estos críticos del Nacionalsocialismo pasan deliberadamente por alto que la gran crisis de nuestro tiempo es ya de por sí un signo de enfermedad, expresión de la índole más terrible, y como tal la posición intelectual contraría a la estructura orgánica de toda vida comunitaria, el pecado de una generación carente de valores se traduce en catástrofes políticas y económico-sociales. Para que una doctrina y esto es una ley eterna pueda llegar a plasmarse en la realidad y adquirir la dureza del acero, previamente debe ser llevada por un conductor a través de las llamas del tiempo. Todo el que es realmente fiel a esta idea insistirá, por eso, en la inseparabilidad del HOMBRE e Idea, y estará de acuerdo en reducir a la más férrea disciplina a individuos como los de tipo mencionado o si ellos no poseen el carácter necesario en la necesidad de apartarlos sin conmiseraciones.


Son precisamente las personalidades más fuertes y más conscientes de un nuevo y poderoso movimiento espiritual las que no admiten hacer de una organización nacida en medio de enormes sacrificios y dolores, un club de debate público, de personas indecisas, que confunden palabrería con solución de problemas. La Idea está firme, indisolublemente ligada al HOMBRE, de quien brotan las decisiones destinadas a seres humanos y no a abstracciones sin sangre que dan al mundo un nuevo rumbo.

miércoles, 26 de noviembre de 2014

La falsa igualdad





La mal llamada ideologia dominante de las sociedades "modernas" tiene a la igualdad como un bien moral absoluto, el talento, la ahorratividad, la diligencia, la disciplina, la iniciativa y la perseverancia son castigados mientras que la inhabilidad, la ociosidad, el libertinaje, la indiferencia, la negligencia, la apatía y la inconstancia son recompensados en nombre de la justicia social, las recompensas deben ser para los merecedores y nunca reasignarlas entre los de poco merito... La diversidad se basa en la diferencia. La eliminación de una implica la eliminación de la otra. La celebración que el igualitarismo moderno hace de la diversidad, y su proclamación de la diversidad como un bien digno de ser proseguido por su propio bien, son, por lo tanto, contradictorias. Lo que es más, al criticar a los opositores a la diversidad como inmorales, los igualitaristas no cumplen con sus propios estándares profesados de moralidad, haciendo a los igualitaristas mismos seres inmorales. La negación de la diferencia implica, por extensión, una negación de la calidad, tanto en el sentido de la distinción de atributos como de la superioridad. El producto final lógico de la igualdad es, por lo tanto, la uniformidad y la mediocridad, una negación de todas las cosas que hacen de la vida algo bueno y digno de ser vivido. Un sistema de creencias que arrebata la alegría de la vida, un sistema de creencias que es, en último término, anti-vida, no puede ser considerado como moral.

Hay dos formas de colectivismo: voluntario e impuesto. El Estado y la búsqueda institucionalmente patrocinada de la igualdad cae bajo la segunda categoría. Por consiguiente, podemos describir al igualitarismo como imponiendo una degradación del individuo al servicio de una colectividad abstracta, una colectividad que, en cuanto abstracta y por lo tanto deshumanizada, no existe empíricamente. ¿Es esto moral? No, de ningún modo que pudiéramos aceptar.

Como hemos visto a partir del desarrollo del igualitarismo en las sociedades occidentales modernas, la lógica de la igualdad presupone la equivalencia de todos los humanos. Un resultado es que las sociedades universales, que involucran a pueblos de muchas culturas marcadamente diferentes, llegan a ser ideológicamente [en la teoría] no problemáticas. Por cuanto los humanos se diferencian en múltiples niveles, las sociedades universales han llegado a ser, por contraste, problemáticas, requiriendo la proliferación de normas, regulaciones, leyes, vigilancia, castigos, burocracias e impuestos adicionales, en la búsqueda de un funcionamiento armonioso y continuado. La limitación progresiva de las libertades nunca se termina, porque las medidas mencionadas se dirigen sólo a los síntomas y no a la causa subyacente: la diferencia permanece, y provoca respuestas diferentes frente a cada medida, que a su vez crean la necesidad de medidas adicionales. Peor aún: debido a la necesidad de dirigirse a un número creciente de áreas en una población cada vez más dispar con pocos valores o supuestos compartidos, o bien ninguno, el esfuerzo regulador llega a ser no sólo cada vez más invasivo y preceptivo sino también cada vez más inapropiado para cada uno. La libertad también es erosionada económicamente debido a los crecientes costos de regulación, vigilancia, reforzamiento de la ley, castigos y administración del comportamiento social. 




Aparte de la naturaleza intrínsecamente destructiva de la ideología de la igualdad, ésta es manchada aún más por la inmoralidad de sus practicantes, ya que el activismo de la igualdad casi invariablemente trabaja aunque esto no siempre sea explícitamente declarado o incluso reconocido en perjuicio de una clase particular de individuos: aquellos que pueden remontar su ascendencia a Europa. Por sus acciones, puede suponerse sin temor a equivocarse que los practicantes de la igualdad tienen actitudes eurofóbicas, o son eurófobos, aunque en la mayor parte de los casos ellos mismos sean de ascendencia europea. Es, por lo tanto, irónico que los practicantes de la igualdad se consideren a sí mismos como altamente morales, e incluso que se arroguen la predicación de la moralidad. Durante mucho tiempo la búsqueda de la igualdad ha sido fuertemente relacionada con nociones de justicia social, de manera que muchos pueden encontrar difícil separar ambas ideas, y pueden por lo tanto encontrar que una alternativa es impensable, o al menos como un mal a ser evitado. Ciertamente, así es cómo los igualitaristas piensan y cómo les gustaría que todos los demás pensaran. Propondríamos, sin embargo, que lo contrario es verdadero, y que un paradigma superior podría ser uno basado en la deseabilidad de la Diferencia.


Una teoría de la diferencia no es la "diversidad" como los igualitaristas entienden el término. La "diversidad" según aquéllos se refiere a personas que pueden parecer diferentes, pero quienes, aparte de su personalidad individual y de las diferencias socialmente construídas, son esencialmente equivalentes e intercambiables. Esto, por supuesto, es demasiado unidimensional para constituír diversidad, ya que niega la validez de los atributos grupales que contribuyen a la identidad. Una teoría de la diferencia define la diversidad, ya que ha de ser definida, y abraza la multi-dimensionalidad de la diferencia humana, tanto a nivel individual como colectivo.

domingo, 16 de noviembre de 2014

La evolución en la filosofía actual



La filosofía es un sistema de ideas que estudia la leyes más generales que nos permiten conocer e interpretar la realidad que se expresa en la sociedad, naturaleza y pensamiento con el objetivo de transformarla a partir de la practica social.

Los problemas que la filosofía analiza, se refieren primariamente a la propia realidad del hombre, la razón de su existencia, su origen, su naturaleza intrínseca, la distinción entre su cuerpo y su alma, y su relación con el mundo que lo rodea. Se plantea en qué consisten sus conocimientos, su libertad, y sus sentimientos. Identificada el alma, se interroga la filosofía acerca de su naturaleza, se pregunta si es material o no; si su existencia es temporal como la del cuerpo o inmortal y eterna.
El punto de partida de la filosofía es la admiración, el asombro, que viene hacer la decisión de la disposición humana por la cual nos detenemos frente a las cosas y nos preguntamos porque son así y de otro modo. Entonces la filosofía se origina por la necesidad del hombre por comprender su mundo.




Durante el renacimiento no solo significo la renovación del gusto artístico, sino que fue un movimiento social, político y cultural gestado a finales de la época medieval, en algunos aspectos significo la búsqueda del saber autentico en la cultura clásica, la greco-romana y en otros aspectos significo la revolución científica dejando definitivamente atrás la perspectiva geocéntrica y sustituyéndola por el humanismo y naturalismo.

El problema filosófico se orienta al funcionamiento del conocimiento por su relación al surgimiento de la ciencia moderna que se antepone al problema metafísico. Es decir la filosofía se hace principalmente teoría del conocimiento ya que se debe estar ciertos del acertado planteamiento de los problemas, la claridad de los análisis y la limpieza de la pruebas.


Se desarrollo en la sociedad capitalista en su fase superior, el imperialismo. El mundo ha vivido las profundas contradicciones que generaron la primera y la segunda guerras mundiales, así como estados comunistas; en esta etapa hay una controversia entre el idealismo contemporáneo y el materialismo dialéctico.


Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los siglos. Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy llamamos astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física. Teniendo esto en cuenta, a continuación se presentan algunas de las ramas centrales de la filosofía en el presente.

El valor de la belleza, su naturaleza, su relación con otros valores y con la actividad artística, son normas morales que rigen las actividades humanas.

El "interes" es inmoral..

Nunca como ahora ha puesto a su servicio toda la bajeza de la usura, la avidez del poder, la sed de venganza, el ansia de riquezas, la envidia y la mentira de una manera tan astutamente encubierta y sin embargo brutalmente apremiante.

El interés lo encarece todo.


¿Por que es así? El interés se ha introducido subrepticiamente. A causa del pago de interés se le encarece a la población los alimentos; a causa de los intereses se gravan el azúcar y la sal, la cerveza y el vino, los fósforos y el tabaco e innumerables otros artículos de la necesidad diaria con impuestos indirectos. 

Debido a los intereses deben ser recaudados impuestos directos, que se dividen en impuestos territoriales, que se cargan sobre los cereales encarecidos; impuestos inmobiliarios que provocan el alza del alquiler; en impuestos industriales, que gravan el trabajo productivo; en impuestos a los réditos, que rebajan en forma absolutamente ineludible el modo de vida de los funcionarios y empleados y todos los que están a sueldo fijo, y finalmente en ultimo termino, avaro en el dar, insaciable en el tomar, viene el capital prestamista con los impuestos a las rentas de capital. 

Es interés, la afluencia de bienes sin esfuerzo y sin fin, la posesión de dinero sin ninguna clase de trabajo, lo que ha hecho crecer las grandes potencias del dinero. El interes prestamista es al principio criminal del cual se genera la internacional dorada. En todas partes y por doquier el capital prestamista se ha prendido como ventosa. Con tentáculos de pulpo, el mecanismo de la usura capitalista envuelve a asfixia a todos los Estados y a todos los pueblos del mundo. 

Esta resistencia interna contra el interés y la renta de todo tipo sin el agregado de trabajo creador, se extiende a través de la vida espiritual de todos los pueblos y de todas las épocas. Pero nunca esta profunda e íntima resistencia contra el poder del dinero ha cobrado tan clara conciencia en los pueblos como en nuestro tiempo. Es bien sorprendente ver como la ideología marxista desde Marx y Engels comenzando por el manifiesto comunista y subiendo hasta el programa de Erfurt especialmente Kautzky, y también los actuales mandatarios “socialistas”, se detienen como a voz de mando ante los intereses del capital prestamista. 

La santidad del interés es el tabú; el interés es lo mas sacrosanto; sacudirlo no lo ha osado nunca nadie; mientras la propiedad, la nobleza, la seguridad de la persona y de los bienes, los derechos de la corona, las convicciones religiosas, el honor castrense, la patria y la libertad están puestos mas o menos fuera de la ley, el interés es sagrado e intocable, el interés es el “nolime tangere”. 

El rédito del interes, de la deuda del reich es el alfa y omega del presupuesto estatal. Su peso gigantesco arrastra la nave estatal al abismo, es un enorme engaño, fraguado pura y exclusivamente en beneficio de las grandes potencias del dinero. 

Palabras de Spengler

El conocimiento hay que tomarlo definitivamente en serio, el escepticismo, la última actitud filosófica y la única posible en esta nuestra época, y aun la única digna, no permite que prosiga la inútil palabrería. Nuestra facultad de percibir la Historia, nuestra capacidad de escribir la Historia, es una señal que delata que el camino se dirige hacia el abismo, sólo en las cumbres de las grandes culturas, en el momento en que éstas verifican el tránsito a la civilización, sólo entonces aparece por un instante esa facultad de penetrante conocimiento.  El destino de cada individuo consiste en que su nacimiento le ha sumergido no sólo en esa historia universal, sino en un determinado siglo, en un determinado país, en un determinado pueblo, en una religión determinada, en una clase determinada. No podemos elegir entre ser hijo de un aldeano egipcio, 3.000 años antes de Jesucristo, o de un rey persa, o de un vagabundo actual. A este destino hay que someterse, este destino nos condena a determinadas posiciones, concepciones y producciones. No existe el "hombre en sí", sino sólo los hombres de una época, de un lugar, de una raza, de una índole personal, que se imponen en lucha con un mundo dado, o sucumben, mientras el resto prosigue su curso, como deidad erguida en magnífica indiferencia. Esa lucha es la vida; y lo es, en el sentido de Nietzsche, como una lucha que brota de la voluntad de poderío; lucha cruel, sin tregua; lucha sin cuartel ni merced. El hombre es un animal de rapiña. Finos pensadores, como Montaigne y Nietzsche, lo han sabido de siempre. La sabiduría de la vida, conservada en las viejas leyendas y en los refranes de todos los pueblos aldeanos y nómadas; la sonriente penetración de los grandes conocedores de hombres políticos, generales, comerciantes, jueces desde las alturas de una vida rica; la desesperación de los fracasados reformadores, y las reprimendas de los irritados sacerdotes, siempre se han guardado mucho de ocultarlo o de negarlo. Sólo la gravedad solemne de los filósofos idealistas y demás teólogos no ha tenido el valor de proclamar lo que en silencio todo el mundo sabe muy bien, y sin embargo, de sus propias obras podría sacarse una preciosa colección de sentencias que, de vez en cuando, han subido a sus labios acerca de la bestia humana. El hombre no es un simple; no es "por naturaleza bueno"; no es tonto; no es un semimono con tendencias técnicas, como lo ha descrito Haeckel y lo ha pintado Gabriel Max. Sobre esta caricatura se proyecta, además, la sombra plebeya de Rousseau. Por el contrario, la táctica de su vida es la de un animal de rapiña, magnífico, valiente, astuto, cruel. Vive atacando, matando y aniquilando. Quiere ser señor desde que existe.

viernes, 14 de noviembre de 2014

La Compasión Fuera de Lugar por David Lane

Las masas siempre son paralizadas por la inercia, se resisten al cambio, excepto en pequeñas dosis que no trastornen violentamente sus actuales dogmas y su nivel de comodidad, y por eso tienen que haber muchos niveles para la resistencia, hay mucho que aprender de los revolucionarios del pasado, Adolf  Hitler señaló muy correctamente la diferencia entre un movimiento y un partido político. Un movimiento no compromete su objetivo último, aunque, por supuesto, las estrategias pueden cambiarse si es necesario para conseguir aquel objetivo, en tal sentido, somos un movimiento, puesto que nunca comprometeremos aquel objetivo singular de la supervivencia racial, los políticos, sin embargo, siempre hacen concesiones.

Las masas deben ser alimentadas con leche antes de que estén listas para digerir la carne, esto es, la verdad brutal y desagradable.
La compasión es una palabra llena de tantos peligros como los irracionales conceptos de igualdad y democracia. Cuando hablamos de compasión, luego v
ienen a la mente conceptos y emociones relacionados, tales como amor, tolerancia, perdón, caballerosidad, universalismo y humildad, así como sus opuestos, como odio, venganza, etc,etc.. El reconocimiento de este concepto es la razón por la que nosotros  no atacamos a otros líderes a menos que ellos sean abierta e irrefutablemente culpables de traición a la raza. Un movimiento, sin embargo, repito, debe deber tener un punto focal, un extremo del espectro, una voz no comprometida que atraiga hacia el objetivo último.

Antes de entender la "compasión" debemos considerar la "verdad". Dado que toda religión y líder religioso afirma conocer la "verdad", y apoya su afirmación con "creencia", "fe" y supuestos "libros santos",  Muy simplemente, consideramos que la Naturaleza y las leyes inmutables de la Naturaleza son la obra del Absoluto; por lo tanto, las leyes de la Naturaleza son las leyes de Dios. Ellas son una "biblia" que ha sido escrita por el Absoluto-Creador y no por hombres. Las leyes de la Naturaleza no pueden ser mal traducidas, inventadas, torcidas o cambiadas. Y cualquier raza o especie que desee sobrevivir está sujeta a aquellas leyes naturales. Esa es la esencia y la verdad de la antigua religión aria y del Wotanismo, tanto entonces como ahora.


Para quienes el Wotanismo es nuevo, es útil indicar que, si bien las mitologías sobrenaturales e imposibles de las religiones arias tenían objetivos múltiples y valiosos, tales mitologías nunca fueron destinadas para ser tomadas literalmente por adultos maduros. Si los defensores de otras religiones Blancas y raciales reconocieran este hecho y lo incorporaran en sus enseñanzas, ellos tendrían un éxito mayor en reclutar gente práctica y culta para la causa. Una religión aria no debe entrar en conflicto con las leyes físicas del universo, ni con la lógica, la razón ni el sentido común. Tal como se dice que una imagen vale por mil palabras, así un dios, una diosa o una mitología religiosa crea cuadros y efectos mentales más poderosos que bibliotecas enteras. La pregunta que debe plantearse es si una religión enseña mediante su simbolismo y sus palabras que las leyes de la Naturaleza son despiadadas, implacables e inevitables, o si dicha religión enseña la "compasión" que no existe en ninguna parte fuera de la propia familia, tribu y raza. Nuestra supervivencia como raza depende de una respuesta veraz y de la comprensión de la compasión.



La manada de lobos es a menudo útil para hacer una comprobación sobre la ley natural, ya que los lobos no sólo son mamíferos como nosotros, sino que ellos se unen para la caza, la supervivencia y su bien común. Afortunadamente para los lobos, pero a diferencia de nosotros, ellos no tienen un intelecto que les permita anular los instintos de autoconservación dados a ellos por la Naturaleza. En una manada de lobos hay un macho alfa, el perro superior, el líder; él alcanza aquella posición por medio del combate con cualquier contrincante. El punto interesante aquí, sin embargo, es que tal duelo no es a muerte. Si el aspirante percibe que no puede ganar, gira sobre su espalda y hace signos de capitulación y subordinación. El ganador entonces acepta la rendición y no mata al perdedor. Podríamos comparar probablemente esto con el concepto del código de caballería entre los arios. Pero aquí es donde nos hemos apartado de la ley natural. Hemos ampliado la caballerosidad, una forma de compasión, más allá de nuestra propia familia y raza. El lobo matará o ahuyentará a toda otra competencia, incluídos otros caninos, como coyotes o zorras, sin compasión ni piedad. En un mundo competitivo ésa es la orden de la Naturaleza. Por una parte, existe su propia familia y raza; por otra parte, está todo el resto. El resto son o competidores o presas. Hay tres razas-raíz del homo sapiens en esta Tierra. Aunque discutible, los términos científicos comúnmente aceptados son: Caucasoides (ario Blanco), Negroide (Negro) y Mongoloide (Amarillo o Rojo), y por supuesto, una miríada de mezclas. A los Negroides y Mongoloides y a los mezclados les importa un comino el bienestar o la supervivencia de los Caucasoides, y con razón, ya que la Naturaleza declara que cada uno se preocupe de sí mismo. Pero bajo la influencia de una religión universalista y del capitalismo imperialista, los arios Blancos hemos sido totalmente adoctrinados con una compasión fuera de lugar. De esa manera, hemos dado alimentos, tecnología, medicina, educación, territorio y hasta nuestras mujeres a los competidores que buscan nuestra extinción. Esto es la locura absoluta ante los ojos de la Naturaleza y del Dios de la Naturaleza. Hay ejemplos de compasión fuera de lugar que demuestran cómo hemos sido conducidos por el camino descendente. Hay un piso entero en el Hospital de Niños donde ellos conservan a los monstruos nacidos sin cerebros o sin partes del cuerpo. Los fundamentalistas de una religión foránea niegan los abortos a las mujeres Blancas que han sido violadas por extranjeros raciales debido a una incongruente compasión hacia el bebé mestizo. Se utilizan métodos extraordinarios para mantener vivos incluso a aquellos que desean morir debido al dolor, parálisis, pérdida del control de funciones, etc. Quizás, pero creo que sería más exacto decir que la raza aria entera ha sido conducida a la locura. El dogma reina sobre la razón, el sentido común y ley natural. 

sábado, 8 de noviembre de 2014

La Masoneria..esa mafia criminal..

No hay excusas para los hechos violentos cometidos por estos masones criminales, los masones son responsables, moral y legalmente, de muchas malas acciones, y tarde o temprano serán formalmente juzgados, llegará un día en que estos malvados grupos estarán totalmente prohibidos por ser una amenaza para la humanidad, y sus símbolos negativos deberían ser destruídos, los masones fanáticos afirman estar construyendo un mundo mejor para todos nosotros, y  lo unico que han hecho, es arruinar el mundo tradicional, han construído su mundo encima de cadáveres, de saqueos, robos y mentiras, las mentiras llevan a un callejón sin salida y tarde o temprano serán descubiertas.
Los masones piensan que tienen derecho a estar por encima de la ley, lo que los hace aún más peligrosos, no habrá nunca otro juicio de Núremberg, ya que un hermano masón no puede condenar los abusos de sus compañeros, cometidos en nombre del comunismo y del socialismo. En todo el mundo, se han publicado más de 80.000 libros sobre la masonería, sin embargo, se echa de menos un análisis independiente. De alguna manera, nos merecemos tener a estos líderes masónicos gobernándonos, ya que hasta ahora se ve que no hemos protestado lo suficiente. A través de nuestros actos irreflexivos, hemos creado las condiciones para la maldad de la masonería. También hemos fingido, ante los ojos de nuestros compañeros humanos, que somos buenos. Ahora los masones están fingiendo ante nosotros. También somos responsables de lo que hemos dejado de hacer, en relación con las actividades criminales de la élite masónica.


Nuestro nivel espiritual ha sido demasiado bajo. Debido a su ingenuidad, la gente regaló sus derechos. Los masones aprovecharon la ocasión para traicionar a la Humanidad y aprovecharse del poder ilegalmente, por lo tanto tienen la autoridad para alterar el mundo en que vivimos, una sociedad no tiene necesidad de secretos. Nos dejamos engañar por consignas que se excluyen mutuamente, como libertad, igualdad y fraternidad, que continúan propagando los esbirros de los masones, los socialistas. Toda esta charla sobre la igualdad de hecho contiene una profunda mentira. Cualquiera que ante todos los hechos disponibles se niegue a ver a la francmasonería como una organización conspiradora, demuestra una total indiferencia ante la historia criminal del movimiento y ante el mundo. Cuando nuestros llamados expertos hacen declaraciones erróneas sobre temas importantes, hay dos alternativas: o están mintiendo o simplemente son ignorantes. Ambas alternativas son igualmente aterradoras.

Cuando seamos suficientemente fuertes, tanto espiritual como moralmente, para ser capaces de crear de forma independiente un orden social estricto y leyes más justas y sensatas, el poder de la masonería se derrumbará. Debemos ver la forma pervertida del materialismo para darnos cuenta de que este camino materialista conduce al mal, esta desagradable situación sólo se puede cambiar a través de la expansión de la conciencia de la gente. A veces, quizás necesiten experiencias duras y amargas como éstas antes de empezar a aprender.

viernes, 31 de octubre de 2014

El hombre Etico

El hombre ético es el hombre heroico, no el hombre que se tragidiza a sí mismo, sólo el que mira desde fuera puede encontrar trágica esta vida ética, el desconocimiento de las leyes éticas e históricas lo vienen a sustituír con construcciones ilusorias y mitos, que apoyan la deformación idealista de la realidad, la figura y la ideología del héroe, ha constituído uno de los pasos mas importantes dentro del NS. Se trata ciertamente de una referencia, porque el tema del héroe, de la vida heroica y del culto al héroe, fue intensamente cultivado desde 1926 a 1931, dos años antes de la aparición del Partido Nacionalsocialista, y lo estuvo afrontando mediante la reconstrucción del pensamiento de Bachofen y de Nietzsche.  Una visión del mundo no ya metafísico sino más bien heroico-histórico, donde la decisión heroica de tomar sobre sí el propio destino corresponde precisamente a la capacidad de comprensión basada en una lógica de la Historia. Una lógica de la individualidad sobre la cual basar una teoría de la ciencia histórica y de la cultura, y de la cual la consideración heroica representa, evidentemente, una consecuencia práctica ideológica. Mediante la combinación de conceptos filosóficos y de una psicología completamente antihistórica, y por lo tanto los fenómenos del entusiasmo y del éxtasis, costituyen en realidad una experiencia que no puede ser considerada como elemento formativo ya que termina en la génesis de la tragedia. Este significado está condensado en la formula "Heroísmo contra ciudadanismo", y significa el fin del heroismo, es decir, de la seguridad burguesa que se expresa en la forma de vida mundana, la ciudad defendida por muros y sede del comercio, en la cual se desarrolla un estilo de vida antitético al del guerrero que combate en campo abierto.  


La ideología heroica tiene un rol político fundamental, muy diferente del retórico, es sin embargo interesante señalar que en la perspectiva heroica interviene además como una función de la táctica política, y me explico, esto quiere decir que la creación de un partido basado en la alianza de obreros y campesinos también tiene un fin. Los primeros han adquirido mediante el desarrollo técnico del trabajo una actitud soldadesca y heroica, en los segundos, el heroísmo está implícito en la lucha contra la tierra. Digamos de paso que sólo después de 1945, ya sea debido a un cambio total y radical de su interpretación, la forma heroica de vida no tiene que ver con la versión de un mito o de una imagen del héroe, sino más bien con la afirmación de una filosofia de la participación en la vida.