En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

sábado, 19 de julio de 2014

George L. Rockwell - El Nacionalsocialismo


EL NACIONALSOCIALISMO




Hasta ahora, este libro ha sido principalmente crítico. Ahora es tiempo para presentar planes constructivos para edificar y crear.


Yo he destinado un año de investigación y centenares de páginas de escritura en el esfuerzo para ayudar al lector a ver y entender que la Civilización Occidental está a muy pocos años del fin alcanzado por la civilización romana –el olvido– y que él, personalmente, sufrirá el destino de millones que ya han caído en las manos de los mortales enemigos judíos de la Civilización Occidental —la esclavitud o, más probablemente, el asesinato— ¡a menos que podamos encontrar la voluntad y la sabiduría para de algún modo dejar de huír del enemigo y atacarlo con una revolución Blanca!.


De esa manera, ¿cómo hace usted para crear una revolución?.


¿Vamos a dejarnos crecer las barbas, a amotinarnos en las calles y a empezar a gritar, agitando nuestras armas, arrojando bombas, o de otra manera a actuar según el estereotipo del "revolucionario"? ¡NO! Por supuesto que no. Nuestra revolución ha sido diseñada por nosotros.


Hitler inspiró, organizó y llevó a cabo una revolución relativamente pacífica, una revolución que arrebató menos vidas que la Revolución estadounidense, y un número insignificante de vidas comparado con cualquiera efectuada por los bolcheviques judíos.


No sólo eso, sino que la revolución de Hitler, como él prometió en Mein Kampf, era 100% "legal" –legítima–, la voluntad formalmente expresada de la mayoría del pueblo alemán, aprobada tanto por el jefe ejecutivo de Alemania, von Hindenburg, y por el "congreso" alemán, el Reichstag [1]. Hitler tuvo muchas oportunidades para tomar el poder por la fuerza, y pudo haberlo hecho fácilmente en 1931. Pero Hitler creía que una revolución contra la voluntad de las personas, una revolución que alcanza el poder sólo mediante la fuerza, no puede perdurar mucho tiempo.


[1] En 1923, cuando los Rojos amenazaron con tomar el poder en Baviera, los nacionalistas, los conservadores y el general Ludendorff le pidieron a Hitler que liderara un Putsch –una revuelta– en Munich. Entonces los débiles líderes lo traicionaron en el último momento. El Putsch fue aplastado y Hitler fue enviado a prisión. Pero aquélla no fue una revolución contra la voluntad del pueblo, como los acontecimientos lo demostraron después. Pero la esencia de una verdadera revolución nunca es SÓLO derramamiento de sangre y agitación. En una revolución genuina y duradera, la violencia y el asesinato son sólo medios convenientes con el fin de lograr un cambio radical en toda la perspectiva espiritual, la manifestación exterior de una suprema voluntad humana para establecer un nuevo ordenamiento de los asuntos físicos que se conformen con un ideal interno.


Hitler, como yo, creía que un líder es un enemigo de la civilización a menos que él tenga la voluntad de su pueblo detrás suyo.


¿Cómo, entonces, puedo estar llamando a una "revolución"?. ¿Cómo puedo escribir acerca de "matar y ser muerto"?. ¿No es acaso la violencia la esencia misma de la revolución? No necesariamente.


Puede haber un elemento de violencia, sí. Cuando usted es atacado por un asesino y se enfrenta con la opción de morir o matar, entonces la violencia es la única posibilidad. Y la civilización occidental está de hecho bajo el ataque de un enemigo que regularmente, como materia de su política, lleva a cabo asesinatos y masacres más cruelmente que cualquier otro grupo en la Historia.


De ese modo, debemos ser lo bastante violentos para poner fin a las matanzas del enemigo comunista y lo bastante crueles para quebrantar su poder. La autoridad ejercida por la mayoría de aquellos que están en el poder hoy es una pura tiranía, aunque se disfraza hipócritamente como una "democracia". Aquélla no es la autoridad benévola e inteligente para mantener el orden y la justicia establecida por los Padres Fundadores para el beneficio de los hombres Blancos.


Nuestra revolución debe estar basada firmemente en el ideal de destruír el poder ilegal de los tiranos, y de restaurar un orden social justo que esté basado en una autoridad firme que provenga directamente de nuestro pueblo y que sea concedida libremente a un líder. Eso, créalo o no, es precisamente lo que Adolf Hitler hizo por Alemania, y es lo que nosotros debemos hacer por Estados Unidos.


Nuestra revolución, en suma, debe tener como su fuerza impulsora y meta no simplemente el odio y la destrucción del enemigo, sino que debe estar imbuída con una determinación absoluta para establecer un orden social justo en el cual cada hombre pueda lograr su máximo potencial como una parte exitosa, feliz y productiva de nuestra gran raza Blanca. ¿Cuál es un tal orden justo de la sociedad?.


Para comprender esto no hay ninguna necesidad de los principios científicos de un vivir grupal exitoso entre aquellos en sociedades sanas donde los instintos naturales están intactos. Los animales, por ejemplo, tienen "sociedades" ordenadas y exitosas porque la Naturaleza da a cada criatura social todos los instintos que ellas necesitan para un exitosa vida en grupo.


Los lobos, las hormigas, las abejas y los monos, por ejemplo, tienen sociedades altamente organizadas y completamente saludables y ordenadas.


Los hombres antiguos tenían sociedades saludables. Luego el creciente control del hombre sobre la Naturaleza le permitió escapar de su ambiente natural, rodearse de artificialidades y lujos hasta que se hizo decadente y lleno de arrogante presunción, una presunción que hoy es llamada "liberalismo".


Sólo regresando a la situación de vida más simple y más primitiva del irracional e incivilizado mundo animal, y observando los funcionamientos de los instintos dados a ellos por el Creador, podemos conseguir un atisbo de las maravillas de lo que también se nos ha dado a nosotros y que hemos descartado.


La naturaleza ha creado "razas" con las cuales ella puede experimentar y buscar siempre mejores productos, tal como lo hace un buen granjero. El Creador, siendo un granjero infinitamente más sabio que cualquier humano, insiste absolutamente en la pureza, la santidad, la INTEGRIDAD BIOLÓGICA de cada grupo.


Pero la Naturaleza, como un granjero que cría vacas, puede mejorar la raza sólo fomentando la reproducción del mejor tipo, y eliminando los tipos más deficientes. La Naturaleza logra esta tarea con los instintos más poderosos que nos han sido dados: el AMOR a nuestro propia especie, y el ODIO a aquellos que son intrusos o "foráneos". Estos dos instintos son igualmente importantes: El amor no es "bueno" mientras el odio es "malo", que es la patraña tan amada por los judíos, los liberales, los hippies, los maricas y los imbéciles.


El amor es en realidad increíblemente poderoso y bueno cuando es NATURAL. El AMOR, del tipo natural y sano, es de hecho lo que hace girar al mundo, y es el milagro más bello y sagrado que alguna vez vemos aquí en esta Tierra.


PERO SIN UN ODIO MORTAL A AQUELLO QUE AMENAZA LO QUE AMAMOS, EL AMOR ES UNA PALABRA VACÍA, UN SLOGAN PARA HIPPIES, MARICAS Y COBARDES.


Me gustaría escribir mucho más de esta ley particular de la vida social, porque, como veremos, la INTEGRIDAD BIOLÓGICA es la esencia, el ser total y el fin absoluto del Nacional-Socialismo cuando es aplicado a la sociedad aria, y, en verdad, de cada sociedad humana sana que haya existido alguna vez. Pero simplemente no hay espacio en esta obra para el libro que podría ser escrito sólo sobre este asunto. Yo sólo puedo resumir diciendo que la primera ley de todo grupo viviente conformado por criaturas sociales es la INTEGRIDAD BIOLÓGICA; la lealtad absoluta, total e inflexible al propio grupo racial de uno basada en un amor ardiente, y un odio absoluto e inflexible a cualquier forastero que invade y amenaza mezclar sus genes con los de las mujeres del propio grupo de uno.


La manera cotidiana en que esta ley se manifiesta es en el amor a la propia especie, y en el odio a los intrusos agresivos (que es por lo cual la mayoría de los hombres Blancos sanos tienen tal aborrecimiento instintivo hacia los "niggers", judíos, y otros "extranjeros").


La segunda ley más importante es la ley del TERRITORIO.


Por ejemplo, de diez o veinte machos del diminuto pez tropical llamado "cola de espada" cada uno demarcará una sección de un estanque en cuanto ellos sean puestos en él, y atacarán cualquier intrusión hecha por otro macho.


Si se introducen hembras en el estanque, los machos lucharán por ellas, como es de esperarse. Pero la sorpresa para la ciencia fue que el sexo no es el motivo más fuerte en la vida de estos pequeños peces. Si usted comienza a enfriar el agua de dicho estanque, se puede llegar a un punto donde el agua se pone tan fría que a los machos les da lo mismo cuando usted introduce las hembras. Cuando el agua se pone tan fría como para casi matar a los pequeños peces, ellos no prestan atención en absoluto a las hembras. Pero incluso cuando ellos están casi a punto de helarse hasta la muerte, ¡ellos todavía saldrán ferozmente para defender su TERRITORIO, su propiedad privada!.


El Nacional-Socialismo está basado, entre otras cosas, en este concepto de propiedad privada. La ley del TERRITORIO aparece como "Nacionalismo" y propiedad privada en la sociedad humana.


En todo el reino animal el líder nunca es escogido por votación sino siempre a través de la selección natural establecida por la Naturaleza como el único método seguro de asegurar que el grupo sea liderado por el mejor: el combate. A esto yo lo he llamado la ley del LIDERAZGO.


Una vez que cada miembro de una sociedad animal aprende su lugar en el orden biológico natural de dureza, sabiduría e ingenio, cada uno se establece en su propio nicho y el grupo es relativamente pacífico y ordenado. Sólo cuando los machos jóvenes empiezan a madurar y tienen que abrirse camino hacia arriba o abajo de la escala hay batallas serias. Y entonces, en cuanto cada macho aprende a quién él puede derrotar, y quién puede derrotarlo, él se establece y vive de manera apacible y contenta en ese lugar que él ha encontrado para sí.


Así se establecen dos de los principios más fundamentales o leyes de todo grupo viviente: el LIDERAZGO ejercido por el mejor, y una jerarquía natural o escala de liderazgo de todos los otros miembros del grupo, el STATUS.


Finalmente, un estudio del mundo animal establece que las hembras permanecen fuera de los asuntos de los machos, y se especializan en producir y criar a los jóvenes organizando familias saludables. Para resumir: Hay cinco leyes básicas de todo grupo viviente, que yo he llamado "LAS LEYES DE LA TRIBU":


(1) La ley de la INTEGRIDAD BIOLÓGICA (amor hacia dentro, odio hacia afuera);


(2) La ley del TERRITORIO (la propiedad privada);


(3) La ley del LIDERAZGO (ejercido por el mejor);


(4) La ley del STATUS (o el lugar natural de cada individuo en un grupo); y


(5) La MATERNIDAD para las hembras.


Con estos principios naturales en funcionamiento, tal como existen a través de todo el mundo de los animales sociales, hay una relativa paz y orden en el grupo. Es sólo cuando el grupo es forzado de algún modo a condiciones antinaturales, que fallan los instintos dados por Dios para obedecer estas férreas leyes de la Naturaleza.


Al evaluar todo esto en su propia mente, piense en el patrón aparentemente "loco" de la delincuencia juvenil. Tenemos a los hijos e hijas de algunas de las más "aventajadas" y adineradas personas que repentinamente parecen volverse locos, golpeando a gente anciana, rompiendo cosas insensatamente, tomando drogas venenosas, y volviéndose delincuentes arrogantes y antisociales. Al mismo tiempo, encontramos a los hijos de algunos de los grupos más pobres en nuestra sociedad casi no produciendo delincuentes en absoluto.


Hasta muy recientemente, por ejemplo, los jóvenes chinos nunca eran delincuentes (y ellos todavía tienen por lejos una menor proporción de delincuencia que otros grupos). Los jóvenes de grupos estrechamente cohesionados, aun cuando muy pobres, están a menudo intocados por la locura moderna de la delincuencia juvenil. ¿Por qué ocurre esto?. ¿Por qué un adinerado muchacho o muchacha joven debiera convertirse en un ladrón, un vándalo, y ser violentamente antisocial a pesar de todas las ventajas concebibles, mientras los hijos de algunas de las personas más pobres en Estados Unidos están bien adaptados y son constructivos?.


La respuesta es que los niños que son criados en un grupo que ha logrado mantener algo parecido a las leyes de la vida grupal natural (las "Leyes de la Tribu"), que sienten que ellos son miembros leales de un grupo, de una "tribu", que ellos "pertenecen" a algo o alguien que vale la pena, y que por lo tanto tienen un sentido de las cinco leyes básicas de todo grupo vivo, no están frustrados, ni perdidos ni vacíos.


Los judíos, con su difusión del liberalismo y del comunismo, han ido consciente y científicamente llevando a cabo el proceso de borrar de las almas de nuestra gente toda memoria de las sagradas "Leyes de la Tribu" que, exclusivamente, pueden hacer a un grupo humano saludable, feliz y pacífico.


Ningún ser humano puede vivir en paz y felicidad productiva si está FUERA de alguna clase de "TRIBU" a la cual él es SUMAMENTE FIEL y que a su vez LO APOYA ESPIRITUALMENTE.


Los judíos han difundido la indeciblemente destructiva idea del "universalismo", del "mundialismo" —una muchedumbre de individuos carentes de raza y nacionalidad, y atomizados— como la idea suprema de Humanidad. Incluso los conservadores han sido engañados para rendir pleitesía a esta misma antinatural, fragmentada y super-individualista enfermedad JUDÍA de la sociedad.


Los judíos nos dicen que la Ley de la INTEGRIDAD BIOLÓGICA (amor hacia los de adentro, odio hacia los de afuera) es "racismo", ¡el "mal supremo" de todos los tiempos!. Nos dicen que si no amamos a los hombres Amarillos, a los hombres Negros —y sobre todo a los judíos— tanto como a nuestra propia gente, entonces nosotros somos viciosos, pervertidos, y condenables; que somos unos "racistas". ¡Millones de lastimeros Blancos ingenuos creen esa mentira judía!.


Nos dicen que la Ley del TERRITORIO (la propiedad privada) es una codicia ANTI-natural, y que los hombres decentes deben desear compartirlo todo y no tener deseos por su propia propiedad privada. Ellos llaman a esto "socialismo marxista", "comunismo", y varios otros nombres que indican una preocupación por la "sociedad" y la "comunidad", pero que golpean todos ellos a la esencia de la más poderosa y única motivación de las criaturas vivientes para construír, crear y producir. Millones más creen a estos mentirosos judíos.


Los judíos nos dicen que la Ley del LIDERAZGO (el gobierno de los mejores) es una "dictadura" y que debemos esforzarnos por la "democracia" (el gobierno de la muchedumbre): Millones de arios Blancos han sido engañados para creer este canto de sirena de la "democracia", hasta que las turbas de basura humana están aterrorizando ahora a toda nuestra nación.


Los judíos nos dicen que la Ley del STATUS (el establecimiento del orden natural de las capacidades de cada persona en su lugar correcto) es una "explotación de clases" y que los líderes naturales de la sociedad —aquellos que han tenido éxito— deben ser destruídos y asesinados por aquellos que no han sido exitosos. Naciones enteras llenas de buenos arios Blancos han sido embaucadas con este vil método judío de dividir y conquistar a nuestra gente a través de la lucha de clases.


Finalmente, estos siempre amorosos judíos nos dicen que la especialización de las mujeres en criar niños es una esclavitud bestial, que las mujeres están destinadas a ser jueces, maquinistas de locomotoras, oficiales del ejército y ejecutivas comerciales. El resultado, por supuesto, es la creciente destrucción de esa sagrada y hermosa institución de todas las civilizaciones sanas: la maternidad, y con ella, del hogar y la familia. Nuestro mundo occidental entero ha caído por esta estafa judía "democrática" que ha hecho de las mujeres las víctimas más lamentables de la enfermedad judía. Millones de mujeres "modernas" están desesperadamente perdidas, frustradas y son absolutamente miserables, incluso mientras ellas graznan acerca de más derechos a través de altavoces y marchan en escandalosas organizaciones políticas militantes. Entretanto, millones de familias están sin madres cálidas y maravillosas, y los hogares están pareciendo cada vez más cárceles lujosas en vez de los milagros de amor y tibieza que eran hace un siglo.


¿Se ha preguntado usted alguna vez por qué tantos delincuentes juveniles se congregan en pandillas?. Durante años, como la mayoría de la gente, yo supuse que ésta era una perversidad antinatural de los muchachos "malos", porque yo me crié en una especie de "capullo" burgués, sabiendo poco de las brutales realidades de la vida.


Pero una vez que uno entiende las leyes de la vida social para toda criatura —la necesidad humana de vivir según las "Leyes de la Tribu"— la "pandilla" se vuelve más entendible. Muestra que nuestros muchachos, por lo menos, todavía tienen sanos instintos, aunque la manifestación exterior de estos instintos es viciosa y antisocial como resultado de las condiciones antinaturales impuestas sobre ellos por su ambiente urbano absolutamente enfermizo.


Observe que la primerísima característica de la pandilla es el "exclusivismo". Ellos se mantienen juntos de manera fanática. Ataque a uno, y todos ellos lo atacarán a usted. Enrédese con una de las mujeres de la pandilla, y usted está muerto. Ellos son apasionadamente leales entre sí. Y ellos odian más apasionadamente aún a los extraños y a los atacantes. Ellos han reafirmado las sagradas leyes de la Naturaleza de la INTEGRIDAD BIOLÓGICA, de lealtad de grupo, aunque no sepan por qué.


Observe que la siguiente cosa que una pandilla hace es demarcar un territorio. ¡Ay de aquel que viole ese territorio y que infrinja la "propiedad privada" de la pandilla!. ¿Podría algo ejemplificar más obviamente la ley del TERRITORIO?. La pandilla nunca es liderada por elecciones "democráticas" sino por el más duro, por el mejor (por las normas de la pandilla). Éste es un ejemplo clásico de la ley del LIDERAZGO.


Observe cómo cada uno de los miembros de una pandilla es agudamente consciente de su propio lugar exacto en la pandilla, de quién está sobre él, y quién debajo. Permita que alguien intente subir sobre él, y aquél será aplastado. Deje que él intente subir a un nivel superior, y el tipo de encima lo hará añicos. Ésta es la ley del status, tal como en la Naturaleza.


Y finalmente, observe a las mujeres de una pandilla. ¿Dan ellas alguna orden al líder? ¡No! ¿Se afanan ellas demandando "derechos"? ¡Demonios, no!. Ellas actúan de la manera en que lo hacen las hembras en todo el resto del mundo animal y no intentan actuar como los machos. Ellas se regocijan en sus papeles como hembras, como "perteneciendo" y ayudando orgullosamente a un varón poderoso. Y éste es precisamente el papel de las hembras en las sociedades sanas y felices. (Es interesante notar que los farsantes psiquiatras freudianos judíos se están viendo obligados a volver a las leyes de grupo, las leyes de la tribu, para efectuar "curas" a drogadictos y alcohólicos. Ellos forman un grupo y sus poderosos instintos de lealtad a ese grupo a veces pueden superar las aisladas debilidades individuales).


Los Negros, también, en su ciega y estúpida lucha están haciendo lo mismo, formando instintivamente lealtades Negras, gritando "Poder Negro" y llamándose entre sí "hermanos del alma".


Incluso a pesar de la pobreza más extrema en el bajo lado Este de la ciudad de Nueva York en los tempranos años de la inmigración judía, estos enjambres miserables de basura judía de Europa se mantuvieron juntos con tan fanática lealtad grupal obedeciendo todas las "Leyes de la Tribu", que casi no había delincuencia ni crimen interno entre ellos. En efecto, la lealtad grupal de estos judíos es quizás la más fantástica en la historia del mundo. Los ha propulsado cerca del dominio del mundo entero, no porque ellos sean más valerosos, trabajen más duramente, sean más inteligentes o más dignos que el resto de nosotros, sino porque ellos observan las leyes básicas de la Naturaleza y mantienen la lealtad de grupo. Mientras todo el resto de nosotros ha caído por su podrido "mundo único", la basura de que "somos todos hermanos", que desintegra nuestra sociedad, los judíos mantienen su sociedad con una lealtad de grupo como la Historia nunca antes ha visto, y así ellos van de un triunfo a otro.


No fue sino hasta que Adolf Hitler, hace cincuenta años, empezó a ver todo esto intuitivamente como una nueva visión de mundo, la Weltanschauung del Nacional-Socialismo, que los no-judíos lograron su primera percepción sobre la emergente ciencia de la vida grupal humana. Lo que nosotros hemos hecho instintivamente durante siglos, y los judíos todavía están haciendo instintivamente, Adolf Hitler empezó a ver y entender intuitivamente.


La esencia del Nacional-Socialismo es el racismo, el cual, en los términos más simples, es sólo la creencia en que los humanos difieren en la excelencia de raza exactamente igual que todas las otras criaturas, y que el hombre Blanco es hasta ahora la mejor raza en aparecer, mientras los Negros son la más baja. Y, como el lector recordará, ésta es la misma primera ley de un Grupo Viviente, la "INTEGRIDAD BIOLÓGICA", como la he designado.


Contrariamente a las mentiras abominables de los judíos (y de los "conservadores"), la propiedad privada fue poderosamente protegida por Adolf Hitler. Krup y los otros dueños de propiedades grandes o pequeñas y los hombres de negocios, nunca perdieron un centavo bajo Hitler, como tampoco los príncipes alemanes. (Una vez, los "izquierdistas" rabiosos en su partido quisieron desposeer a los príncipes alemanes, y Hitler tuvo que aplacar un motín en sus propias filas para proteger sus derechos de propiedad, cosa que él hizo. Hitler era un nacionalista, un creyente en el territorio, en la propiedad privada.


No hace falta señalar que Hitler dio a su pueblo LIDERAZGO, no palabras dulces o demagogia, y ellos lo amaron por eso. Ellos lo siguieron amorosamente y de buena gana como lo hacen los miembros de todos los grupos sociales felices, exitosos y sanos. Había paz y orden entre el pueblo de Hitler, porque él enseñó que un hombre merecía y debía conseguir tanto respeto por ser un buen excavador de zanjas (si ése era el límite de su capacidad para servir a su Pueblo) como el hombre que había sido capaz de inventar una nueva y maravillosa máquina, o de ser un dirigente político.


Cada persona en la Alemania de Hitler fue honrada por su propio lugar en la sociedad, con tal de que ella lo asumiera con el máximo de su capacidad. Ellos no fueron incitados eternamente (como nuestro pueblo lo es por los judíos) a exigir trabajos sólo como presidentes, directores de concejos, y ejecutivos, siendo que algunas personas no nacen con esos talentos particulares.


Fallar en lo que uno podría hacer, mientras se arma un escándalo y se aspira a lo que uno no puede hacer, es destruír una sociedad ordenada y feliz, para no mencionar la desesperada frustración de un individuo que se niega a reconocer su lugar natural en el mundo.


Así, el Estado de Hitler reconoció la ley del STATUS. Cada hombre fue honrado por lo que él hizo lealmente y con su mejor esfuerzo, sin tener en cuenta si él era un granjero, un guerrero, un obrero, un empleado de fábrica, o lo que fuere.


Finalmente, Hitler procuró que las mujeres fueran restauradas en su antiguo patrimonio y fuesen honradas como esposas, madres y productoras de hogares felices y sanos, como originadoras de buena gente.


Las mentiras acerca del tiempo de Hitler son ahora tan enormes y poderosas que es casi imposible ponerlas en duda. Pero si usted se encuentra con un alemán honrado y valeroso que haya vivido en aquella gran época (y si él está dispuesto a hablar pese al terror que hay hoy entre aquellos que se atreven a decir la verdad), usted aprenderá que el pueblo alemán se enteró bajo Hitler de cómo es un buen liderazgo y un estado saludable natural.


Para impedir que ese conocimiento y ese estado natural de sociedad se propagara (y destruyera así la existencia parasitaria de la judería) aquellos demonios judíos provocaron al resto de nosotros para ir y matar y aplastar ese milagro del renacimiento ario Blanco. Pero la ley natural no puede ser aplastada, tal como usted no puede "aplastar" el hecho de que dos más dos son cuatro. Usted puede aterrorizar a la gente para que no lo diga, y puede hacer que todos repitan como un loro que "dos más dos son diecisiete"; pero dos más dos todavía son cuatro, y siempre habrá alguien con las agallas y la sabiduría, tarde o temprano, para acabar con los terroristas y mentirosos y así reafirmar la verdad. Esto ya está sucediendo por todo el mundo.


Las pandillas juveniles que yo he mencionado son sólo un signo de lo que realmente está ocurriendo. La gente encontrará su camino de regreso a las naturales "Leyes de la Tribu".


Lo que Hitler dio al mundo, como Nacional-Socialismo, es en cierto sentido sólo una forma moderna de la antigua y natural "ley tribal", la prescripción para una vida grupal feliz y saludable dada por el Gran Espíritu a todas las criaturas vivientes, incluyendo al Hombre.


El Nacional-Socialismo es ni más ni menos que el ORDEN NATURAL (un nombre que sería, en cierto modo, más descriptivo de la realidad que el de "Nacional-Socialismo"). Hitler tuvo que diseñar el nombre de su movimiento para tener éxito en una situación política específica, y se vio por lo tanto obligado a usar nombres y términos que lograran sus propósitos. En Alemania había millones y millones de alemanes que se veían a sí mismos como "socialistas", pero estaban en las garras manipuladoras de los judíos. En lugar de luchar más batallas que las que él tenía, Hitler dijo, en efecto, a esos millones: «Si ustedes quieren ser "socialistas", no seamos "socialistas" judaicos, marxistas: seamos "Socialistas NACIONALES", de una sociedad nacional. Seamos "socialistas" para Alemania, no para los judíos».


¡Y funcionó!. Millones y millones de buenos hombres y mujeres que habían sido atraídos hacia el comunismo por los judíos fueron reconquistados para su propio pueblo y para el Orden Natural de una vida grupal sana por medio de los métodos de Hitler.


Más allá de los elementos fundamentales del orden natural que yo he asentado anteriormente, el Nacional-Socialismo encarna algo por lejos más elevado y más noble que cualquier simple conjunto de reglas o principios. El Nacional-Socialismo, como una FILOSOFÍA, encarna el impulso eterno que se encuentra en todo ser viviente —de hecho en toda la creación— hacia un nivel más alto de existencia, hacia la perfección, hacia Dios.


Esta idea "aristocrática" del Nacional-Socialismo —la idea de un esfuerzo constante en toda la Naturaleza hacia una existencia cada vez más alta, más compleja y más perfecta— es el aspecto metafísico y sobrenatural de nuestro ideal.


En otros términos, los conceptos de justicia social y orden natural son los órganos y nervios del Nacional-Socialismo, pero su PERSONALIDAD, su aspecto "religioso" —lo que lo eleva sobre cualquier filosofía estrictamente política— es su actitud adoradora de la Naturaleza y un amor religioso a los grandes regalos de un Creador Desconocido.


El cristianismo, por ejemplo, es una cosa por mucho más elevada que sus rituales, las palabras de sus oraciones o cualquiera de sus credos. Es un ESFUERZO ESPIRITUAL hacia los ideales de Perfección Espiritual del creyente. El Nacional-Socialismo es la misma clase de esfuerzo hacia niveles cada vez más altos aquí en esta Tierra, mientras que el cristianismo se esfuerza hacia una vida futura y posterior no de esta Tierra.


Para el "soldado" corriente en nuestro "ejército", que construye y que lucha por el Orden Natural —el Nacional-Socialismo—, es suficiente que ellos respeten y obedezcan las leyes y doctrinas establecidas por los elevados ideales de nuestra Filosofía simplemente con un amor instintivo a esos ideales, aunque quizás no con una comprensión completa de las formas más altas de nuestra Filosofía.


Pero tal como los más grandes líderes cristianos han sido aquellos que no se han preocupado de los detalles y regulaciones sino aquellos que estaban "intoxicados de Dios" con los ideales más altos de la religión, del mismo modo los líderes entre nuestra élite Nacional-Socialista deben compartir este enfoque fundamentalmente religioso. Para ellos el verdadero significado de nuestra doctrina racial debe ser parte de su idealista "esfuerzo hacia Dios".


Mediante la identificación total de nosotros con nuestra gran raza, nosotros compartimos sus glorias pasadas y futuras. Cuando contribuímos de alguna forma, especialmente por medio del auto-sacrificio orientado a ayudar a nuestra raza en su camino hacia una existencia más elevada, llegamos a Dios, el Creador de la Raza Señorial.


En suma, mientras que la mecánica y las reglas del Nacional-Socialismo, como están codificadas y enunciadas aquí, son suficientes para la mayoría de nosotros, para los pocos idealistas preparados y dispuestos a sacrificar sus mismas vidas por la causa de su pueblo, el Nacional-Socialismo debe ser un ideal religioso muy real, un esforzarse hacia Dios. El Nacional-Socialismo es el único movimiento que ha ganado suficiente auto-conocimiento y visión para ser capaz de entender este movimiento lejos de la artificialidad y miopía liberal y hacia la sabiduría eterna de la Naturaleza. Nuestra creencia incondicional en la raza, nuestra insistencia en las leyes naturales en la sociedad, en la economía y en cada otro campo de la actividad humana es, en cada caso, la aplicación consciente y científica de las férreas leyes de la Naturaleza, en lugar de las perversiones engreídas y de corto alcance de estas leyes, como son promovidas por los arrogantes y descerebrados liberales y marxistas.


Nuestros antagonistas liberales y marxistas son igualmente ciegos frente a lo que ellos están haciendo. Pero en cada caso se encontrará que ellos son básicamente odiadores de las leyes de la Naturaleza, "intelectuales" presumidos y de salón que son víctimas de las perogrulladas acerca de que "un poco de conocimiento" es "una cosa peligrosa". Por causa de que ellos han encontrado que pueden enseñar a un Negro del Congo a recitar poesía o incluso a actuar como un abogado o un médico, ellos se vanaglorian de su habilidad para torcer la Naturaleza, lo que los complace, e imaginan que pueden hacer emprendedores hombres Blancos occidentales a partir de cualquier hotentote. El hecho de que la Naturaleza ya ha hecho del Negro lo que él es, y de que ninguna agencia humana puede hacer "un bolso de seda a partir de la oreja de un cerdo", ellos simplemente se niegan a reconocerlo.


El Nacional-Socialismo es la esencia destilada del amor y el respeto por la Naturaleza, y la aplicación amorosa, consciente y científica de las eternas, justas y bellas leyes de la Naturaleza para cada momento de la existencia del Hombre. Al mismo tiempo, el Nacional-Socialismo reconoce la necesidad del Hombre por una cultura más alta que la de los animales irracionales de la selva e incrementa la aplicación de la ley natural desde la competencia descarnada de dientes y colmillos del mundo animal, por ejemplo, para una competencia regulada y ordenada, bajo reglas justas.


Nuestros oponentes quieren eliminar la competencia totalmente, una idea absolutamente antinatural.


El Nacional-Socialismo insiste en que el hombre puede refinar y enriquecer la aplicación de las Leyes Naturales de la vida para beneficio del hombre, pero también insiste en que éste no puede escapar o desafiar a la Ley Natural. Entre los estados de salud social ("Nacional Socialismo" u Orden Natural) y enfermedad social (el marxismo judío) está la "tierra de nadie" de la nada, el lugar donde los humanos no están ni muertos ni realmente vivos.


La democracia, el "liberalismo" y el "conservadurismo" son estados puros y no adulterados de la nada. Ellos no tienen ninguna perspectiva básica y fundamental sobre la vida, ninguna comprensión, ninguna fuerza vital profunda dentro de ellos. Son trucos de fantasía con palabras y frases bonitas que no significan nada en absoluto. Sólo conducen al caos y preparan el camino para los judíos y su condenable y antinatural comunismo.


La única manera de que nosotros podamos poner fin alguna vez a este estafador juego judío y de que podamos capturar las mentes y corazones de nuestra gente es restaurar a nuestro pueblo al Orden Natural —las Leyes de la Tribu— que, ellas solas, nos darán la fuerza y la voluntad para reafirmar la superioridad natural y biológica de nuestra Raza Blanca, y así salvar la Civilización Occidental.


Destruya las fuerzas cohesivas del Orden Natural en cualquier grupo, y ese grupo se hará caótico, desesperado, frustrado, perdido, vacío, vicioso y finalmente desvalido ante cualquier otro grupo que esté unido y que obedezca las Leyes de la Tribu.


Por eso es que los Negros, en tantos casos, aterrorizan a ciudades enteras. Ellos se mantienen unidos. Ataque a uno, y un millón de Negros rugen contra usted. Por eso los policías a menudo ya no se atreven a arrestarlos, incluso por los más indignantes delitos. Y los judíos son aún más poderosos entre nosotros, por la misma razón. Ellos se mantienen unidos.


Agregando las Leyes de la Tribu a las Leyes Raciales que examinamos antes en el capítulo IX, podemos sintetizar una nueva ley de la sociedad moderna: la Ley de Dominación Grupal.


En un estado natural, el animal o grupo humano primitivo que sea biológicamente superior, el grupo compuesto de los mejores individuos, que porta los mejores genes y cromosomas, dominará a todos los grupos inferiores, porque todos los grupos en la Naturaleza (superiores o inferiores) obedecen a las Leyes de la Tribu por igual.


De este modo, el único factor que funciona de manera competitiva en el mundo animal es la excelencia biológica de la raza. Pero los artilugios científicos, el lujo y el "liberalismo" judío han destruído tan grandemente la habilidad del hombre Blanco moderno civilizado para sentir y obedecer las "Leyes de la Tribu" de la Naturaleza, que éste ha perdido su cohesión de grupo; se ha vuelto "des-pegado" como un animal social; él está fragmentado y atomizado en millones de individuos aislados y en centenares de miles de egoístas "grupos de presión", clases, etc. Esta fragmentación casi completa de la gran "tribu" de hombres Blancos nos ha reducido a la impotencia como grupo.


La ley de DOMINACIÓN GRUPAL entre los hombres es la regla que dice que cualquier grupo que se adhiere fanáticamente a las Leyes Naturales de la Tribu podrá dominar a cualquier grupo que desobedece esas leyes, no importa cuán inferior pueda ser la "tribu" que obedezca dichas leyes.


Por eso los Negros y los judíos señorean sobre el hombre Blanco en el Estados Unidos construído y poseído por los hombres Blancos. Por eso sufrimos la tiranía de las "minorías". Cualquier minoría organizada de escoria y basura humana tiene poder, mientras la gran mayoría Blanca no-judía es un gigante tumbado, desvalido y paralizado.


La meta, entonces, de nuestra revolución Nacional-Socialista es la restauración de las Leyes de la Tribu entre nuestro pueblo, para habilitar su superioridad biológica natural de casta una vez más, para dar al hombre Blanco dominio de lo que él construyó y debería dominar.


Esto es exactamente lo que Hitler y el Nacional-Socialismo hicieron en Alemania para millones y millones de personas fragmentadas y atomizadas que fueron hundidas en las profundidades de la desesperación y el caos.


Hitler no ganó tan asombroso éxito entre su pueblo porque él fuera un "tipo rudo", o porque él llevara a cabo grandes y excitantes reuniones, o porque los alemanes son "bestias" naturales, ni por ninguna de las otras razones manifestadas por los judíos mentirosos y sus aduladores aliados liberales y conservadores. La razón por la que Hitler pudo lograr un milagro social en Alemania fue porque Hitler comprendió intuitivamente todo acerca de lo cual he escrito y restauró a su pueblo al ORDEN SOCIAL NATURAL.


Hitler le enseñó a su pueblo a dejar de odiarse entre sí como individuos aislados, solitarios y asustados, y les devolvió ese sagrado sentido de nacionalidad, de "Tribu"; sí, de hermandad real (no el tipo artificial vendido por los judíos). (No hay nada de malo y todo es correcto respecto a la "hermandad" con la propia gente. Es cuando los judíos astuta y falsamente intentan ampliar la "hermandad" y ponen la capucha sobre el "hermano" y tratan de hacernos "hermanos" con zulúes, pigmeos, chinos, bosquimanos y judíos, que la "hermandad" se convierte en un prototipo para la catástrofe racial, como ha ocurrido). Hitler le dio a su pueblo el mismo espíritu de sacrificio y amor cálido por la propia familia y el propio pueblo (el cual es una "familia" grande), que une y bendice a cada grupo social natural de criaturas en la Creación.


Como he señalado muchas veces, ningún hombre puede vivir alegre, exitosa y productivamente como un individuo solo y amargado en guerra con todos sus semejantes. Cada uno de nosotros tiene una necesidad profunda de la tibieza y el afecto de su grupo, de aquellos de su familia biológica de personas. El hombre moderno ha perdido ese sentimiento de calidez, lealtad y afecto grupal, y el resultado es el caos y el vacío espiritual que vemos alrededor de esta sociedad occidental en desintegración.


Los horrores descritos en el primer capítulo de este libro son el resultado directo de la desobediencia casi total de Estados Unidos a las leyes de la tribu. Esos horrores continuarían, incluso si todos los judíos y Negros fuesen a desaparecer de la noche a la mañana, a menos que restauremos a nuestro pueblo, como Hitler lo hizo, al ORDEN NATURAL, a las "Leyes de la Tribu". Nuestra revolución, por lo tanto, no es material y física sino un cambio espiritual radical en el sentimiento de nuestra gente:


La eliminación del atomismo egoísta y el "individualismo" codicioso y estrecho, ya se llame "liberalismo", "conservadurismo" o "democracia", y la restauración en los corazones de los hombres Blancos occidentales de los sentimientos profundamente gratificantes de amor a nuestro propio tipo. Este amor al propio grupo se manifiesta por sí mismo en la disposición a sacrificarse y a entregarse por la familia de uno, y por la familia más grande de uno, la raza.