La familia, el matrimonio, el Estado, las Fuerzas Armadas, el trabajo, la Nación y la raza, han sido vaciados de su contenido original, corrompidos y convertidos en funcionales al Sistema, o bien, derechamente negados en su existencia misma.
El Sistema no nos quiere empáticos con el resto, por eso nos ofrece una sociedad y modelo económico que premia el individualismo y mucho menos quiere que dicha empatía alcance magnitud de masas.
En el Occidente moderno y decadente, el Marxismo cultural, mediante un lento pero efectivo proceso de deconstruccion que en términos simplificados, consiste en desarmar algo y reordenar sus piezas de otra manera para crear algo nuevo, ha socavado los fundamentos de las instituciones naturales y civiles que históricamente permitieron la sana expresión de la naturaleza comunitaria del ser humano.
Así, la familia, el matrimonio, el Estado, las Fuerzas Armadas, el trabajo, la Nación y la raza, han sido vaciados de su contenido original, corrompidos y convertidos en funcionales al Sistema, o bien, derechamente negados en su existencia misma.