En este último sentido, el único pueblo capaz de engendrar verdaderos socialistas era el pueblo alemán, que había entendido e internalizado el estilo de vida prusiano. Cualquier intento por establecer un tipo de gobierno distinto a este socialismo prusiano, como lo era la democracia parlamentaria que estaba iniciándose en Weimar, sería una especie de traición. Significaría imponer a los alemanes un sistema de gobierno que era exitoso en Inglaterra, porque expresaba el crudo individualismo del espíritu inglés, pero que por esa misma razón estaría fuera de lugar en Alemania.
La democracia parlamentaria y constitucional sería un veneno para la nación, y sus patrocinadores representaban una invasión en el cuerpo político de la nación.
"Yo soy el primer sirviente del Estado".
Bismarck también siguió este principio de jerarquía y disciplina cuando fundamentó el Reich Alemán en la fuerza militar. Visto en la perspectiva de un "socialismo prusiano", la subsecuente política bismarckiana de legislación social no era una contradicción sino más bien un complemento lógico a la tradición conservadora. Los fundadores de las grandes industrias alemanas también hicieron una contribución esencial, aunque en una forma distinta.
"En general, no es una cuestión de posesión nominal sino de técnica en la administración. Comprar empresas sin moderación y sin propósito en nombre de una consigna y ponerlas bajo la administración pública en lugar de la iniciativa y responsabilidad de sus propietarios, quienes perderán eventualmente cualquier capacidad de supervisión, todo eso significa la destrucción del socialismo. La vieja idea prusiana era poner bajo control legislativo la estructura formal de toda la fuerza productiva nacional, preservando al mismo tiempo cuidadosamente el derecho de propiedad y herencia, y dejando espacio para el tipo de empresa personal, talento, energía e intelecto desplegado por un hábil jugador de ajedrez, que juega dentro de las reglas y disfrutando ese tipo de libertad que el mismo dominio de las normas permite. Socialización significa la lenta transformación del trabajador en un funcionario económico y del empleador en un responsable supervisor oficial"