En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

domingo, 4 de octubre de 2015

Lo igual no existe




Existe un Dogma que es prácticamente aceptado universalmente de que la igualdad es un bien moral, pero la igualdad necesita de la eliminación de la diferencia, y la calidad está creada a través de la diferencia.

Aunque habría que interpretar que la naturaleza da valor cualitativa y cuantitativa a eso que los buenistas y demás estúpidos llaman igualdad, el valor cualitativo existe cuando algo es especial, cuando es diferente porque tiene cualidades especiales o únicas, el valor cuantitativo existe cuando algo es superior, porque es de una calidad superior.

No es necesario mencionar que los valores cualitativos y cuantitativos no son necesariamente intercambiables, sino que ambos son maneras de valorar, porque ambos son formas de diferenciar, y en ambos casos estamos hablando de desigualdad.

Podemos concluir, entonces, que vivir en igualdad es una vida sin significado, y por tanto, una vida sin valor para la persona que la vive. Probablemente, una vida que es intercambiable con cualquier otra vida no tiene valor si el costo de reemplazarla es cero, es decir, la igualdad, reduce proporcionalmente el valor.

Esto también puede ser la razón de por qué los humanos buscan agregar valor a sus vidas a través de estrategias de diferenciación porque hay valor también en pertenecer a un grupo que es considerado superior o especial en alguna forma.

¿Hay alguna justificación, entonces, para considerar a la igualdad como un bien moral absoluto, que valga la pena perseguirlo por todos lados porque sí?, pues parece que no, debido a que la igualdad destruye todo lo que hace que la vida merezca ser vivida.

Puede decirse que las políticas de igualdad han traído beneficios a una gran mayoría, haciendo a las sociedades occidentales muy atractivas para la gente que vive o busca vivir en ellas. Sin embargo, la búsqueda de políticas de igualdad es una de las características que han hecho a las sociedades occidentales distintas a la de las contrapartes no-occidentales, por lo que el valor de lo anterior yace en su desigualdad respecto de las sociedades no-occidentales.

Más aún: aquéllos que buscan políticas de igualdad lo hacen por razones no igualitarias: sentirse moralmente superiores, ser vistos como moralmente superiores o, lo que es lo mismo que lo último, eliminar barreras para un continuo incremento en el poder económico. Esto no es, por tanto, la igualdad que generalmente se busca, sino una forma de superioridad, ya sea moral o económica.

La igualdad es el anatema de la buena vida, y sólo puede ser considerada como un mal. Por lo tanto, atacar la igualdad en todas sus formas es moralmente correcto, y cualquiera que busque crear un futuro con más sentido debería hacerlo abierta, orgullosamente, con vigor y con rabia.