En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

domingo, 17 de agosto de 2014

La naturaleza no te da derecho a.. sino capacidad de ..

La propiedad privada no es un derecho natural. En la naturaleza no existe la propiedad, sólo es una idea. La propiedad privada es la ambición que el hombre tiene por dominar a la naturaleza, por dominar las cosas y hacerlas suyas. Eso puede ser natural en el sentido de que el hombre se inclina a ello, pero no es un derecho: es el hombre que pretende justificar su dominio sobre las cosas y sobre las personas con el derecho o con la ley. 

Criticar la propiedad privada no es criticar a alguien que tiene una casa o un piso, sino a aquel que no trabaja su propiedad y la explota y se lucra con el trabajo de otros. ¿Ese derecho natural lo tienen solamente unos elegidos? Si es natural será un derecho que todo el mundo debe tener, y como es natural será un derecho para todos por igual… Igual que respirar es algo que hacemos de forma natural todos los hombres y por igual, ¿es por ello respirar un derecho? No creo que la propiedad sea por tanto natural porque ningún derecho lo es. 

Si fuera natural sería porque la naturaleza te da ese derecho y la naturaleza no te da derecho a, sino capacidad de. Es el hombre con su voluntad el que se ha forjado un derecho para ganarse el derecho; el derecho para convertir la sociedad en la ley del más avieso, en la ley del más avaricioso, en la ley del menos ingenuo y menos noble, derecho a proclamar que la naturaleza humana es egoísta y malvada como si el hombre no pudiera ser otra cosa mejor. 

En definitiva, derecho a la propiedad, sí, pero a costa del trabajo de uno mismo y sobre uno mismo, no a costa del egoísmo generalizado, no a costa de nuestra cultura por beneficios particulares, no por un mundo sin valores. Como podéis observar, mi labor como nacionalista y anticapitalista feroz es hundir las dos formas de capitalismo perverso que nos acechan, el liberalismo y el marxismo, y crear una sociedad libre de la tiranía del mercado y del marxismo en su opresiva voluntad de reducir a todos a lo mismo y circunscribir el capital, los recursos de la nación, al exclusivo dominio del estado. 

El país será soberano si lo conduce la nación, si los recursos pertenecen a la nación, alejándose del egoísmo y construyendo juntos el futuro, lo cual debe garantizar un verdadero estado nacionalsocialista. Ser anticapitalista supone combatir el liberalismo económico y el marxismo económico a partes iguales, por ello aclamé de esta forma: "donde la propiedad privada sea abolida o al menos controlada, pues ésta debería tener una orientación social y nacional… ¡el capital tendrá patria!-; pero eso sí, los bienes serán dirigidos por los ciudadanos en usufructo, por los individuos, no por el estado, ¡no al capitalismo de estado!, ¡no al marxismo! ¡Fuera la usura! ¡La propiedad privada no es sagrada! Los recursos son de todos los individuos de la nación". Para este señor no debe ser la nación la que trabaje su tierra, sino la nación la que trabaje para los liberales que él defiende, para los señoritos, como se decía en los campos andaluces. 

Preconiza que mi idea es esclavitud y piensa que trabajar para otro no lo es. Yo quiero que mis compatriotas puedan trabajar para sí mismos y su país, por su pueblo, sin que nadie les mangonee ni saque de ellos plusvalías enormes. Hay más dignidad en trabajar por tu país que por una empresa privada. Una empresa puede irse a otro sitio, tu nación siempre estará ahí. He de reconocer que dije "abolir la propiedad privada" sin matizar nada. No pensaba en quitarle nada a nadie. Por ello me vi en la obligación de escribir Sobre la Propiedad y Otros Asuntos, para corregir mi error de no matizar, habiéndome dejado llevar por un exceso de hibris. En el texto dije lo siguiente:


El objetivo de abolir la propiedad privada es eliminar el interés particular y egoísta y educar en trabajar por el interés de la nación y en el fomento de grandes valores de naturaleza aristocrática, así como dirigir el rumbo de la economía de un país: NO A LA LIBERTAD DE COMERCIO. Por supuesto, no me molesta el pequeño comercio –que cuidado con éste– y la propiedad de una vivienda, pero sí controlaría los precios y la venta inmobiliaria, prohibiendo la segunda vivienda, por ejemplo. Pensar que la propiedad privada es "libertad" es participar de la mentalidad capitalista. 

La propiedad privada debe circunscribirse a un mínimo que garantice un comercio sano que potencie una sociedad CON mercado y donde la figura del trabajador de su propio negocio juegue un papel vital en el país, proveyendo a la sociedad de todo lo que necesita: principalmente alimento, pero también libros, una copa... Cuando hablé de abolir la propiedad privada lo hice pensando en nacionalizar la banca y recursos estratégicos, destruir los grandes imperios empresariales, destruir el capital financiero, prescindir del patrón oro en sustitución por el patrón trabajo, como hizo la NSDAP, medida anticapitalista por excelencia, etc. Mi abolición de la propiedad privada" está, como veis, repleta de matices, por lo cual no es una literal abolición; es como cuando se dice que estás en contra del aborto y sin embargo consentirías un aborto si el embarazo supusiera un peligro para la vida de la madre o fuera por un bien eugenésico.


Lo que no saben los legisladores y “utópicos” políticos que nos gobiernan es que la discriminación se manifiesta en el simple hecho de elegir, que la libertad misma es un acto de discriminación; y es algo tan natural que se da hasta en la propia naturaleza. Discriminar es renunciar a lo discriminado a cambio de lo mejor, lo mismo que elegir es libertad en cuanto se opta por algo por voluntad propia, pero a la vez se renuncia a la libertad pues no se podrá optar a lo renunciado, no se podrá dar marchar atrás: somos esclavos de nuestros actos, el tiempo hace imposible la libertad, la libertad hace imposible la propia libertad.