En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

viernes, 8 de agosto de 2014

La historia es nuestro legado

Buscando en el pasado nos sumergimos en el cementerio que es la historia, todos los hombres y mujeres están enterrados en él, del pasado recogemos algunos frutos, de nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos... todos ellos nos han dejado un gran legado, un legado universal puesto que cualquier persona del mundo puede tener acceso a ese legado histórico y aprender de él, de esa obra forjada por generaciones y generaciones pretéritas, mi padre se llama fascismo, o nacionalsocialismo, o nacionalsindicalismo, qué más da; todo aquello que participe de la idea de identidad, del reclamo nacionalista del derecho y obligación de un pueblo a su determinación y soberanía, forman parte de mí y de ello me siento heredero. En ese legado hay quienes figuran con letras doradas, y otras personas no aparecen. Se me agolpan en la cabeza historias de hombres y de mujeres anónimos, amontonados en cunetas, apuñalados en un campo de batalla o desollados en algún lugar de la América 'virgen'... personas que parecen no haber tenido una sepultura digna en la historia. Quizá, ganarse la eternidad significa obligar a la historia a que te haga un hueco; es decir, ganarse un nicho en el que perecer y todos te recuerden. Si la historia te recuerda todo hombre lo hará, la historia es nuestra memoria universal. Obviamente, la eternidad, bajo mi concepción, es algo más amplio, pero no corresponde aquí desarrollar tal concepción. La historia, como reflejo del pasado, debería ser un lugar para visitar y del que aprender. No hay que renegar del pasado, no hay que condenar la historia, no hay necesidad de ninguna culpabilidad. Pero tampoco existe la obligación de hacer pagar deudas en el presente o seguir al pie de la letra el camino de nuestros ancestros. Porque de algo estoy seguro, el pasado puede ser una inspiración, un ejemplo, pero nunca la salvación o la solución de nuestros problemas.  La historia, como cementerio, ha de tener un lugar donde poner flores a nuestro héroes, inspiradores para los tiempos del presente. Pero ese tributo no debe suponer la praxis de todo hombre actual, no debe constituir el modo en el cual nos forjamos y nos damos forma. Los cementerios, como lugares de paz, están para que los muertos descansen tranquilos; ellos libraron sus batallas, hoy nos toca librar las propias... por y para nosotros. Tenemos el derecho y la obligación de ser nosotros mismos, de crear en el sentido estricto de la palabra, de reinventarnos como hombres. No quiero ser un mero reflejo.