En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

martes, 29 de marzo de 2016

D. José Ortega y Gasset, 2 de diciembre de 1909.



Yo no sé si esto os extraña: a vosotros se os ha enseñado que la fórmula central del socialismo es la lucha de clases. Por ello yo no estoy afiliado a vuestro partido, aún siendo mi corazón hermano del vuestro. Sólo un adjetivo nos separa: vosotros, sois socialistas marxistas; yo, no soy marxista.


D. José Ortega y Gasset, conferencia impartida en la Casa del Partido Socialista de Madrid, el día 2 de diciembre de 1909.

Voy a hablar de lo que tengo sobre el corazón, salga como saliere. Advierto que no soy orador: pero a nadie mejor que a jóvenes socialistas me parece grato ofrecer esta doncellez de mi palabra. Se me ha invitado a dar una conferencia anticlerical y sobre esto tengo que hacer alguna leve observación:


 !Vivimos en una época negativa española. Todos somos antialgo¡. 

Cada cual parece esforzarse en delinear su fisionomía intelectual, su postura política por medio de la negación del vecino: yo soy lo contrario que mi vecino. Bien, pero esto es una pura negación: y una negación no es nada. Con decir que una cosa no es blanca nos quedamos sin saber que es la cosa. Yo soy lo contrario de mi vecino: pero mi vecino, ¿qué es? Es lo contrario que yo. Como veis, siendo antialgo no se llega nunca a ser algo. 

Con marcar nuestras diferencias no logramos nada: un famoso filósofo observaba que las diferencias son sólo los límites de las cosas, no las cosas mismas. Yo creo que un hombre que fuera propietario de todas las lindes que separan unas de otras las haciendas rurales de España, no sacaría de su posesión rentas suficientes para pagarse siquiera el tabaco.

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El hecho de haber aceptado tomar parte en estas conferencias es la más plena aprobación que puedo dar de su sentido. Está bien, pues, que seamos anti-clericales pero yo os hago notar que a su vez los clericales carecen de contenido positivo: los clericales son los anti-masones, los anti-socialistas, los anti-científicos, los anti-morales, los anti-demócratas, los anti-nosotros. 

El clericalismo, señalándonos, dice: Voilà l´ennemi. Con decir anticlericales decimos, pues, solamente que somos enemigos de nuestros enemigos. Y esto es demasiado evidente para que con ello adelantemos mucho.

Quisiera acentuar, aun aprobando completamente, repito, el sentido de estas conferencias, que de lo que menos debemos preocuparnos es de ser anticlericales o antimonárquicos o antiburgueses: es preciso que antes trabajemos por hacernos nosotros, por enriquecer nuestro espíritu, por hacer poderosa y enérgica nuestra fisionomía. No somos sólo enemigos de nuestros enemigos: sería convertir al mundo en una negación. 

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De esto es de lo que protesto: socialismo, la palabra más grave y noble, la palabra divina del vocabulario moral moderno, no puede significar solo una negación. Perdonad si entro en fervor excesivo, pero es que el socialismo no es para mi un vocablo aprendido, como suelen serlo los términos científicos, no es algo externo a mí y que pueda yo poner o quitar de mi espíritu. 

Para mí, socialismo es la palabra nueva, la palabra de comunión y de comunidad, la palabra eucarística que simboliza todas las virtudes novísimas y fecundas, todas las afirmaciones y todas las construcciones. Para mí, socialismo y humanidad son dos voces sinónimas, son dos gritos varios para una misma y suprema idea , y cuando se pronuncian con vigor y convicción, el Dios se hace carne y habita entre los hombres.

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Para mí, socialismo es cultura. Y cultura es cultivo, construcción. Y cultivo, construcción, son paz. El socialismo es el constructor de la gran paz sobre la tierra. ¿Cómo no he de trabajar para que el socialismo deje de significar principalmente enemistad, negación, lucha? No, no; los socialistas no somos sólo enemigos de nuestros enemigos, no somos un principio de enemistad. Somos, antes que esto y más que esto, amigos de nuestros amigos; tenemos un ideal de ubres inagotables en torno al cual se agrupan, se aúnan comulgan, comunican y se socializan los hombres.