Las costumbres de consumo moldean cada vez más uniformemente los comportamientos sociales, y el acercamiento cada vez mayor de los partidos políticos conduce, de hecho, a recrear un régimen de partido único, en el que las formaciones existentes casi sólo representan tendencias que ya no se oponen sobre las finalidades, sin tan sólo en los medios para difundir los mismos valores y conseguir los mismos objetivos. No ha cambiado el empeño: se sigue tratando de reducir la diversidad.
¿Por qué existe entonces un trato de favor hacia una tendencia ideológica que ha demostrado ser poco respetuosa con la vida humana?
Si no se ve igual de aberrante el comunismo es por la sencilla razón de que ambas, democracia y comunismo, se sienten herederas de la revolución francesa, universalismo, igualitarismo, etc, etc.