En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

jueves, 30 de octubre de 2014

Por Alfred Bæumler, 1937

La conciencia es sólo un instrumento, un detalle en la totalidad de la vida. En oposición a la filosofía de la conciencia, Nietzsche afirma la aristocracia de la Naturaleza. Pero durante miles de años una moralidad cansada de la vida se ha opuesto a la aristocracia del fuerte y sano. Al igual que el Nacionalsocialismo, Nietzsche ve en el Estado, a la sociedad. Los "valores" de Nietzsche no tienen nada que ver con el Más Allá, y por lo tanto no pueden ser petrificados en dogmas, no es suficiente indicar el carácter "de este mundo" de los valores de Nietzsche si uno al mismo tiempo no quiere refutar la noción de que los valores son "realizados" por la acción. Algo inferior siempre está pegado a la "realización" de valores dados, ya sean estos valores de un carácter mundano o extra-mundano...El individualismo completamente diferente de la Ilustración también trabajó en esa dirección. Este individualismo no era de un carácter religioso y sentimental. Creía en la razón, era racional, pero era "político" sólo en que negaba el sistema feudal; era incapaz de erigir por sí mismo un sistema político duradero y fue capaz sólo de abrir el camino para el sistema económico del capitalismo. El hombre fue visto como una entidad totalmente individual, cortada de todos los órdenes y relaciones originales, como una persona ficticia responsable sólo ante sí misma.

En contraste, el Romanticismo veía al hombre nuevamente a la luz de sus lazos naturales e históricos. El Romanticismo abrió nuestros ojos a la noche, al pasado, a nuestros ancestros, al mythos y al Volk. El movimiento que condujo desde Herder a Goerres, a los hermanos Grimm, a Eichendorff, Arnim y Savigny, es el único movimiento espiritual que está todavía completamente vivo. Es el único movimiento contra el cual Nietzsche tuvo que luchar...


Cuando llamamos al Nacionalsocialismo una visión del mundo, queremos decir que no sólo los partidos burgueses sino también sus ideologías han sido aniquilados. Sólo personas malintencionadas podrían sostener que todo lo que ha sido creado por el pasado debe ser negado ahora. Más bien, queremos decir que hemos entrado a una nueva relación con nuestro pasado, que nuestra visión ha sido limpiada en cuanto a lo que era realmente poderoso en este pasado, pero que había sido nublado por la ideología burguesa. En pocas palabras, hemos descubierto nuevas posibilidades para comprender la esencia de la existencia alemana. Precisamente en esto Nietzsche nos ha precedido. Tenemos una visión del Romanticismo que es diferente de la suya. Pero su posesión más personal y solitaria, la negación de la ideología burguesa en conjunto, se ha convertido hoy en propiedad de una generación.



Los fundamentos de la moralidad cristiana el individualismo religioso, una conciencia culpable, la mansedumbre y la preocupación por la salvación eterna del alma son todos absolutamente extraños a Nietzsche. Él se rebela contra el concepto de arrepentimiento: «No me gusta esa clase de cobardía acerca de las propias acciones; no se debería abandonar al propio yo en la situación previa al asalto de la desgracia y la aflicción inesperadas. Más bien, lo que se requiere allí es un orgullo extremo, puesto que, finalmente, ¿de qué sirve? Ninguna acción puede ser deshecha por el arrepentimiento».


Lo que él quiere dar a entender aquí no es una reducción de la responsabilidad sino más bien su intensificación. Aquí habla el hombre que sabe cuánto coraje y cuánto orgullo es necesario para mantenerse ante el Destino. A partir de su amor fati [amor al destino propio], Nietzsche habló desdeñosamente acerca del cristianismo y su "perspectiva de la salvación". Como un hombre nórdico, nunca entendió para qué objetivo debería él ser "redimido". La religión mediterránea de la salvación es ajena y lejana a su actitud nórdica. Él puede entender al hombre sólo como un guerrero contra el Destino. Un modo de pensar que ve la lucha y el trabajo sólo como una penitencia, le parece incomprensible. «Nuestra vida real es una existencia falsa, apóstata y pecaminosa, una existencia de castigo». El sufrimiento, la batalla, el trabajo, la muerte, son simplemente tomados como objeciones contra la vida. «El hombre como inocente, ocioso, inmortal, feliz, este concepto de la "más alta deseabilidad", debe ser especialmente criticado». Nietzsche se vuelve apasionadamente contra la monástica vita contemplativa, contra el "sabbath de todos los sabbaths" de Agustín. Él elogia a Lutero por haberle puesto un final a la vita contemplativa. La melodía nórdica de lucha y trabajo suena fuerte y clara aquí. El acento con el cual pronunciamos estas palabras hoy, lo escuchamos de Nietzsche por primera vez.