En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

jueves, 4 de agosto de 2016

Humano, demasiado human Nietzsche



El único remedio contra el socialismo que queda en nuestras manos es el siguiente: no provocarlo, es decir, vivir nosotros mismos moderada y sobriamente, eludir en lo posible la ostentación de cualquier suntuosidad y venir en auxilio del Estado cuando grave con onerosos impuestos todo lo superfluo y lujoso. ¿No os gusta este remedio? 

Entonces, ricos burgueses que os llamáis «liberales», confesaos que no es sino la actitud de vuestro propio corazón lo que encontráis tan terrible y amenazador en los socialistas, pero en vosotros mismos lo aceptáis como inevitable, como si ahí fuese algo distinto. Si, tal como sois, no tuvieseis vuestra fortuna ni la preocupación por su conservación, esta actitud vuestra os haría socialistas: sólo la posesión os diferencia de ellos. 

A vosotros tenéis que derrotaros si queréis derrotar de cualquier forma a los contrarios a vuestra prosperidad. ¡Y si esa prosperidad fuese al menos bienestar real! No sería entonces tan exterior ni provocaría tanta envidia; sería más comunicativa, más benévola, más equitativa, más solícita. 

Pero lo inauténtico e histriónico de vuestros goces de la vida, que están más en el sentimiento de contraste de que otros no los tienen y os lo envidian que en el sentimiento de plenitud y acrecentamiento de la fuerza vuestros alojamientos, ropas, carruajes, vitrinas, exigencias del paladar y en la mesa, vuestro bullicioso entusiasmo por la ópera y la música, finalmente vuestras mujeres, formadas o cultas pero de vil metal, doradas pero sin el sonido del oro, elegidas por vosotros como piezas de alarde, que se ofrecen a sí mismas como piezas de alarde: estos son los ponzoñosos difusores de esa epidemia que como sarna socialista del corazón se va ahora propagando cada vez más rápidamente por entre las masas, pero que tiene su primer asiento y foco de incubación en vosotros. ¿Y quién detendría ahora esta peste?