Para poseerla, el inmortal Zeus se transformó en un enorme toro blanco y surgió del mar en Tiro, en Fenicia, ahora conocida como Líbano. Encantada por esa visión, Europa subió sobre la espalda del toro para un grato paseo.
Zeus nadó con ella a Creta donde él reveló su forma humana. A partir de entonces, actuando con Europa como su reina, él fundó una nueva dinastía de la civilización cretense.