Antes que nada, estamos en presencia de una actitud frente a la vida y las cosas, que se separan, debido a su interpretación del mundo, y de las corrientes religiosas.
El nacionalsocialismo se sitúa claramente en esta ola que, desde los primeros tiempos de la Era cristiana, trastorna totalmente al Occidente. Para los adeptos del esoterismo, la gnosis aparece como la fuente de todas las religiones y su último fundamento, siendo su fin el de aportar la liberación del hombre mediante el conocimiento absoluto.
Las grandes civilizaciones que han seguido después, Persia, Caldea, Grecia y Roma, Egipto ocupa un lugar aparte, y finalmente, el mundo que anima y guía a todas los grandes religiones y grandes civilizaciones, es la de la conquista de la Tierra por la aplicación de la revelación divina a la vida.
En esta teoría, la intuición primordial se ha debilitado cada vez más, en provecho de la filosofía especulativa, particularmente en la raza aria, a medida que se desarrollaban sus propias facultades: la observación rigurosa, el análisis y la razón, de lo cual resulta el sentimiento de la independencia individual y la libertad. No obstante, las posibilidades ocultas del alma no se pierden en la Humanidad, pero corresponde a una minoría educarlas y desarrollarlas en secreto, al abrigo de corrupciones exteriores.