En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

lunes, 16 de marzo de 2015

El Sentido de la Literatura en Cervantes

Para un joven como Cervantes, se abrían sólo tres opciones: ordenarse en la Iglesia Católica, servir en la burocracia estatal, o en las fuerzas armadas. En cualquier caso, antes de que esto ocurriera, Cervantes fue un joven de cuestionable rango social, de una familia pobre, en bancarrota constante, desocupado y a la deriva, sin educación universitaria, sin medios conocidos de sustento.


Las dos obras teatrales conocidas de ese período, El Trato de Argel y El Cerco de Numancia, revelan la voluntad primera de dar orden y sentido a los sucesos de su trauma. La tensión dramática de El Trato de Argel revisa experiencias colectivas similares a las del cautiverio de Cervantes y sus esperanzas de fuga y rescate. Se las ubica en un contexto de realismo sociológico en cuanto a la organización social de Argel y la política internacional de Felipe II. Son cuatro las progresiones dramáticas que se muestran sobre la base de este realismo: Felipe II ha traicionado a los cautivos; las familias son separadas por la venta de algún miembro como esclavo; los muchachos quedan expuestos a la apostasía y a la que los someterán sus amos. Dentro de este esquema sociológico se inserta un conflicto amoroso que intenta dinamizar la acción dramática de la obra.

Según el ideal humanista, de modo que las personas concreten sus mejores disposiciones para contribuír a la sociedad, en medio de un orden político generador de escasez extrema, que quita incentivos a la industriosidad de sus miembros más educados, orden social orientado hacia la guerra total permanente, hacia la autodestrucción sistemática de su base material, con una autoridad gubernamental que se comporta como una mafia y promueve comportamientos mafiosos.

Como soldado de choque, Cervantes sirvió cuatro años en Italia bajo el mando de don Juan de Austria, hermano bastardo de Felipe II. En la batalla de Lepanto (1571) recibió tres balazos, dos en el pecho, y el tercero le destruyó la mano izquierda. Por su heroísmo fue distinguido con la categoría de «soldado aventajado», recibiendo una bonificación especial. A pesar de su debilidad, en 1572 participó en la expedición contra Navarino. En 1573, también bajo el mando de don Juan de Austria, participó en las expediciones contra Túnez, la fortaleza La Goleta y Biserta para controlar la piratería berberisca, recibiendo nuevas bonificaciones.


Según los usos militares de la época, los hidalgos enrolados, a quienes se llamaba «particulares», recibían consideraciones especiales del alto mando, puesto que los más destacados por su coraje y habilidad guerrera.


En su ideologismo ultra-católico Felipe II enfatizó una recalcitrante política internacional de destrucción de las herejías Protestantes y de la amenaza musulmana montando campañas militares intermitentes, sin llegar hasta sus últimas consecuencias. Por su altísimo costo, estas campañas no podían ser frecuentes. Así es como, luego de la victoria de Lepanto, a don Juan se le impidió continuar hasta destruír las fuerzas musulmanas en su totalidad. Don Juan propiciaba, más bien, tres aproximaciones para evitar el colosal dispendio de recursos: en Noráfrica abogaba por establecer una base geopolítica permanente en Túnez, un reino encabezado por él mismo, que permitiera el control de los corsarios berberiscos a largo plazo y, en el momento apropiado, la destrucción de Argel, su principal base. 

En cuanto al Norte de Europa, en los Países Bajos, abogaba por separar lo político de lo ideológico para así evitar la obligatoriedad de una guerra a muerte contra los Protestantes, permitiendo un acuerdo político razonable por el que los insurgentes se reconocerían súbditos de los Habsburgo, participarían en el gobierno y se les permitiría practicar su protestantismo, comprometiéndose, sin embargo, a reconocer la primacía de la religión católica. 

Reconociendo que la principal incitación para la insurgencia en los Países Bajos provenía de Inglaterra, don Juan de Austria proponía asegurar una paz a largo plazo restaurando las buenas relaciones anteriores al ideologismo de Felipe II con la negociación bien de un matrimonio entre don Juan e Isabel de Inglaterra, figura política de gran pragmatismo, o con María Tudor de Escocia, católica, prisionera entonces de Isabel. Don Juan de Austria murió sorpresivamente el 1º de Octubre de 1578, envenenado a instancias de Antonio Pérez, favorito de Felipe II, opositor de las propuestas estratégicas de don Juan.

Dado el talento específico de Cervantes, cabe señalar que el gran valor terapéutico de la literatura está en incitar a la persona traumatizada a que exteriorice y reflexione sobre el sentido de las experiencias que la afectan. El individuo tiene la oportunidad de reflexionar sistemáticamente sobre la secuencia y relevancia de los sucesos que provocaron el trauma y la pertinencia de los símbolos y metáforas con que los ha dotado y asociado emocionalmente. Recuperar la sanidad mental no significa que el trauma pierda gravitación en la vida de la persona. 

Más bien implica una elaboración imaginativa de este material, de manera que el traumatizado se distancie críticamente de los sucesos y etapas de los sucesos para superar el apabullamiento emocional primero y desarrolle después un discernimiento calmo en cuanto a la propiedad de las interpretaciones que ha hecho hasta entonces y reconozca alternativas interpretativas que le permitan continuar con una paz razonable sus relaciones personales y la productividad de sus talentos, sin las alteraciones patológicas de la conducta que lo han afectado hasta entonces.