En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

domingo, 1 de febrero de 2015

Sólo bajo la ética el hombre se vuelve libre

La reflexión filosófica introducida por Aristóteles destinada al estudio de la conducta del hombre y la posible valoración de sus actos la llamamos Ética, identificado siempre como la continua búsqueda del bien. Aristóteles fundó su ética en el hecho de que en la naturaleza humana se inscriben los principios del comportamiento humano, esto es, que en su misma naturaleza se inscribe la racionalidad tomada como el vértice de las facultades que le permitirá al hombre el pensamiento. En las doctrina éticas se encuentra una corrientes objetivista, de acuerdo con la cual el hombre, en su manera de actuar, de ser, en su conducta digamos así, debe perseguir los medios adecuados para alcanzar los fines propuestos, por la cual el bien se lo considera como perfecto y fija su razón de ser en base a las reglas que el hombre mismo se traza en su camino. Cabe la pregunta, qué es ser libre o qué es la libertad? A esta respuesta han sido tantas las corrientes del pensamiento que han tratado o se han acercado a esbozar un concepto, una definición, partiendo siempre de la concepción filosófica a la cual pertenecen, desde la reflexión de los trágicos en la antigua Grecia hasta el pensamiento rieliano contemporáneo. Se dice que la libertad es tan profunda como el espíritu, es decir la referencia se dirige hacia la parte mas intrínseca del ser humano que es su esencia, aquella que permite la comunicación

Del mismo modo que el mundo ha cambiado, también los problemas a los que se enfrenta la Humanidad son nuevos, o, al menos, se nos presentan bajo estructuras nuevas, o con un grado de interrelación y complejidad que exigen una reflexión nueva.

La manera de enfrentarse a muchas cuestiones nos sitúa ante la necesidad de abrir nuestra conciencia a nuevos parámetros: como la fabula del águila, renovarse o morir.

Los cambios de la realidad van siempre precedidos del hecho de que alguien, o algunos, hayan soñado. Las nuevas formas de relaciones humanas en el ámbito político, económico y social sólo pueden construirse si recuperamos la capacidad de imaginar alternativas, nuevas formas de convivencia y de organización de nuestro mundo. Hacen falta puès, nuevas utopías para emerger del pesimismo, del no hay nada que hacer...

Recordemos algunas propuestas de los filósofos: el paraíso marxista, la comunidad ideal de comunicación, el estado natural, el estado hipotético con el velo de la ignorancia!. Utopías que han servido a la humanidad para mejorar las condiciones de vida, para afrontar los problemas sociales del momento.

Ahora bien, a pesar de la fuerza imprescindible de lo casi imposible, tampoco debemos descartar el factor «miedo», como móvil de estos cambios, o bien como sensibilizador previo a los cambios. No un «miedo» paralizante, sino un «miedo» que denota prudencia, que nos impele a ocupamos de los problemas.