Exégesis del martillo en El Crepúsculo de los Ídolos.
La primera es la fuerza sanadora que incluso existe en la herida del hombre activo, del combatiente, la otra que existe en la pasividad del examinador, del científico, pasividad que desde luego se diferencia de la del organismo miedoso y buscador de paz en que para Nietzsche es desde ya una declaración de guerra, un medio para la próxima contienda, es la ciencia basada en el valor, pasividad que a Nietzsche solo a veces le es más deseable en tanto que es su preparación, su declaración de una gran guerra.
No es válido caer en confusiones aquí: no es la búsqueda de paz como objetivo, sino la búsqueda de más conquistas, de superación de contradicciones, de crecimiento.
Tergiversar a Nietzsche no es un riesgo nada pequeño, especialmente cuando se lo va a interpretar desde el español, por lo que en un idioma diferente al del original hay necesidad de un enfoque interpretativo más general para sus textos a fin de no caer en algún error en los pormenores a veces intrascendentes justamente para el entendimiento básico de lo que se dice. Siendo ésta la condición en nuestro idioma, daremos entonces un paso más allá analizando esos exquisitos pormenores, palabras precisas desde el alemán hasta llegar al entendimiento general también posible desde el español.