En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

viernes, 3 de marzo de 2017

Nietzsche..el dominio del Yo.



Es verdad, sin embargo, que Nietzsche deseaba que los hombres estimularan las pasiones que conducen al mal, ya que ellas son también la fuente de la fuerza necesaria para conseguir la más difícil de las tareas: el dominio del Yo.

Nietzsche a menudo es acusado de ser un pesimista, un anarquista y un nihilista. Él era pesimista con respecto al hombre del siglo XIX, pero no en cuanto a la vida misma. Él exaltó al individuo que vive más allá del bien y el mal, pero sólo después de que él ha conseguido el dominio de sí mismo. Él reconoció la pérdida de todos los valores y de todo sentido, pero sólo como una presuposición, el principio y no el final de su filosofía. En lugar de Dios él puso al Superhombre, un ser superior, pero de todos modos uno de nosotros, que dice Sí a la vida y a la posibilidad de la grandeza humana.


La filosofía de Nietzsche se basa en tres pilares principales: el superhombre, la voluntad de poder, y el eterno retorno. Estas creencias sustituyen a las doctrinas cristianas de Dios, la salvación divina y la vida eterna. Como sustitutos de conceptos religiosos, esas tres ideas desafían la definición, permaneciendo en el reino de lo poético, lo emotivo y lo misterioso. Como dice Bentley, Sin el misterio, el superhombre se evaporaría. El portavoz de Nietzsche, Zaratustra, por lo general describe al superhombre con imágenes contrastadas: el hombre es sólo una cuerda estirada sobre un abismo entre la bestia y el superhombre; lo que el mono es para el hombre, eso es el hombre para el superhombre; el hombre es un lago que se eleva cada vez más alto, ahora que él no se derrama en Dios.


En una metáfora más completa, Zaratustra explica que el hombre es una corriente contaminada. La solución cristiana ha sido remover la contaminación, pero cuando eso es hecho, muy poco permanece. El superhombre, sin embargo, será un mar tan grande que él puede recibir la contaminación sin daño. El cristianismo ha dicho a los hombres que se abstengan del mal, porque quien toca el betún queda manchado. El superhombre sabe que no hay ningún ensuciamiento en el betún, ni tal cosa como el mal, ya que todo lo que existe es necesario.


Nietzsche no tenía ninguna concepción de una súper-raza; él habló sólo del individuo. Él no compartía el interés de Wagner por el Volk o su creencia en el alma de una raza. La idea de Hitler de una raza pura habría sido absurda para Nietzsche, porque sólo mediante el conflicto entre las razas ocurre el progreso. Para Nietzsche la lección de la existencia es que sólo los grandes individuos importan, aquellos que se levantan por encima de su naturaleza animal, por sobre sus instintos más bajos para el mero placer: La Humanidad debe trabajar continuamente para producir grandes individuos. Ésta y nada más es su tarea.


El ser humano se separa del reino animal por medio del ejercicio de su voluntad de poder. Este concepto significa más que el deseo natural de la auto-conservación. Nietzsche creía que los seres humanos tienen una necesidad psicológica de poder, una necesidad de expresar su fuerza, de afirmarse a sí mismos, de dominar. Tal opinión parecería una excusa para la tiranía y el sadismo, salvo que Nietzsche postula el dominio de sí mismo, el poder sobre el Yo, como el objetivo último de la voluntad de poder. El superhombre es el suficientemente fuerte para vencerse a sí mismo. Esa hazaña restaura la distinción entre el hombre y el animal que Darwin había eliminado, sin ayuda de la metafísica.