En este mundo de locura liberal.. todo lo que sea degradación.. decadencia..degeneración o envilecimiento en el hombre esta permitido y es fomentado...pero el verdadero pensamiento independiente que se salga de lo que dicta el sistema.. es severamente penado por todas las cortes del mundo...el "delito de opinión" es el peor crimen que se puede cometer en este mundo de pensamiento totalitario...Oder

sábado, 3 de septiembre de 2016

¡Que venga el Estado de los Trabajadores Alemanes!

Textos extraídos del libro Hacia el Tercer Reich de Joseph Goebbels..

¡Que soplen y rujan las tormentas! ¡No nos espantan! ¡En la tormenta hemos crecido, y en la tormenta venceremos o caeremos! ¡La partida comienza!

Para ser conductor se requiere carácter, voluntad, eficiencia y suerte. Si estas cuatro condiciones fundamentales forman una unidad armónica en el genio, entonces proporcionan en su totalidad el tipo ideal del hombre elegido históricamente. El carácter está a la cabeza de todo. Conocimientos, saber libresco, experiencia y rutina más bien son en perjuicio que en provecho de una personalidad si no están fundamentados y unidos por la fortaleza del carácter. Recién el carácter los lleva a la plena validez y eficacia. El lleva implícito en sí valor, constancia, energía y consecuencia. El valor da al hombre la fuerza no sólo de reconocer lo justo, sino también de decirlo y de hacerlo. La constancia le confiere la facultad de perseguir una meta reconocida como obligatoria también cuando a ello se oponen obstáculos aparentemente insalvables, proclamarla también cuando es impopular y hace impopular.  La energía moviliza aquellas fuerzas en el hombre que lo hacen pronto a jugarse lo último por una meta y procurar alcanzarla con obstinación, y la consecuencia da al ojo y al cerebro esa agudeza certera de conocimiento y lógica en el pensamiento y en la acción, que eleva al hombre verdaderamente grande de entre la ancha masa que se mueve siempre perdida de un extremo al otro. Estas virtudes varoniles otorgan en conjunto lo que llamamos carácter. Carácter, por consiguiente, es una fuerza de estilo y postura incrementada a lo eminente. La voluntad eleva el carácter de lo individualista a lo universalista. La voluntad recién hace del hombre de carácter el hombre político. Todo hombre que significa algo, quiere algo, y además está dispuesto a aplicar a la realización de su voluntad también los últimos medios. La voluntad distingue al hombre simple pensante del actuante. El es el mediador entre conocimiento y conclusión. No sólo importa que sepamos lo justo, sino más bien y en lo principal, que querramos lo justo. Esta sentencia tiene, sobre todo en el ámbito de la política, su significado de validez general. ¡De qué sirve que reconozca al enemigo si no uno a este conocimiento, la voluntad de destruirlo! Muchos saben porque Alemania se perdió, pero solo pocos sacan de este saber la voluntad de acabar con el infortunio. Esto es lo que distingue al elegido para la conducción de aquél que solamente comprende: que no sólo tiene la voluntad para querer, sino también el querer para la voluntad

Nuestro pueblo crece, otros pueblos desaparecen. Significa el fin de nuestra historia si mediante una moral cobarde, podrida, se nos quita la nueva generación que será llamada alguna vez a terminar nuestra misión ante la historia.

Por eso exigimos: vivienda para los trabajadores alemanes y tierra, sobre la cual crezcan granos para alimentar a nuestros hijos. Si falta dinero para construir, entonces echad fuera del país a los intrusos, para que los alemanes puedan vivir sobre el suelo alemán.

No hay nada más sencillo, satisfactorio y reconfortante que, a la cabeza de un joven grupo activista, practicar política de puño, hablar y actuar como lo manda el corazón, llamar un sinvergüenza sinvergüenza y a un estercolero estercolero, dar una bofetada de ser necesario a un mentiroso, traidor y canalla notorio, decir y también hacer lo que toda persona decente piensa y siente; en suma, proceder con toda franqueza.

También la revolución ha de ser organizada. Si la revolución no significa otra cosa que irrupción de una nueva postura anímica con contenidos espirituales y políticos de dirección distinta, y cuando el revolucionario está convencido interiormente en forma tan inconmovible de la validez y necesidad de esta irrupción que de ser necesario estaría dispuesto a sacrificar por ello su vida, entonces también encontrará medios y caminos para poner en marcha prácticamente esta irrupción. Las revoluciones tienen su característica en estos contenidos mismos, nunca en sus métodos. Las posibilidades de realización son mutables. Inmutable solamente ha de quedar lo que debe ser realizado.