Gran Dios, si estamos condenados a ser, apenas, sueños
permite que nuestros sueños hagan temblar al mundo
y que así, soñando, seamos los dueños del orbe.
Deja que seamos las sombras que conmuevan al mundo
y que nos apoderemos de éste, aún sabiendo bien
que, nosotros los sueños, somos unas sombras.
Dios Todo-Poderoso, si los hombres son como espectros,
pálidos y enfermos que han de vivir habitando en estas
brumosas penumbras, temblando la amenaza de las sombras
e intentan alumbrarla acelerando el paso para alejarla;
Sí tus hijos, oh gran Dios, son finezas tan efímeras,
te pido, desde dentro, que traigas el caos destructor
y que engendres algún nuevo linaje de buenos titanes
que amontone las colinas y anime otra vez la tierra.